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Aspectos sociales

El Estado, poca inversión en la industria del Carbón

A pesar de los ingresos que genera la producción del carbón, quienes se dedican a su explotación adolecen de graves problemas socioeconómicos, siendo los más notorios los de vivienda, educación y servicios públicos.

Una inversión en la industria carbonífera del Valle implicaría entrar a competir en precios con otros carbones de mejor calidad.

Adriana María Ochoa

AUPEC

Los departamentos del Valle y Cauca producen anualmente 680 mil toneladas de carbón, lo que les genera un ingreso cercano a los 11 mil 740 millones de pesos; sin embargo, las l.543 personas que trabajan en esta actividad minera, pertenecen a un nivel socioeconómico bajo y sus condiciones de vida y trabajo son precarias.

De acuerdo con un estudio realizado por los ingenieros José Daneri Fernández y Marco Aurelio Hurtado López, de la Central Hidroeléctrica del Río Anchicayá y la Fundación Universitaria de Popayán, el Estado hace muy pocas inversiones en beneficio del desarrollo minero en lo que se refiere a la prestación de servicios públicos y al mantenimiento de escuelas y colegios.

En primer lugar, las viviendas de los mineros están construídas con materiales inadecuados e inseguros como bahareque, esterilla, cartón y zinc. Tampoco cuentan con acueducto ni alcantarillado, situación que no permite la existencia de un adecuado servicio sanitario.

Así mismo, aunque algunas minas están provistas de enfermerías y puestos de primeros auxilios, la gran mayoría no cuenta con un hospital cercano y un servicio farmacéutico adecuado.

"El nivel de escolaridad del minero está entre el segundo y quinto año de primaria; esto se debe principalmente a que en las zonas mineras no existen colegios de educación superior. Sin embargo, las empresas mineras de mayor infraestructura otorgan a sus trabajadores auxilios para la educación de sus hijos", afirman en su informe los ingenieros Fernández y Hurtado.

Algunas instituciones gubernamentales, como el Instituto de Seguros Sociales y el Servicio Nacional de Aprendizaje -Sena-, asesoran a las empresas mineras en campañas de prevención, salud ocupacional y capacitación de sus trabajadores.

A pesar de esta colaboración estatal, el informe de los ingenieros Fernández y Hurtado afirma que otras entidades, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y las Cajas de Compensación Familiar, no se hacen presentes en estas zonas.

En este mismo estudio - presentado en el II Congreso Nacional "Ciencia y Tecnología del Carbón", realizado en la Universidad del Valle- se afirma que el desconociemiento de los aspectos socioeconómicos y financieros de la explotación del carbón ha sido la causa del fracaso de algunos proyectos emprendidos por esta industria, limitando así cualquier desarrollo en este campo.

De igual manera, la poca inversión que el Estado hace en el mantenimiento de la red vial minera dificulta el transporte del producto, sobre todo en épocas de invierno.

La movilización del carbón se realiza en vehículos de pequeña capacidad; esto, sumado a la dificultad de abastecerse de explosivos -elemento indispensable para la actividad minera- hace que los costos de producción se eleven de modo considerable.

En este aspecto interviene también el hecho de que los frentes de producción están cada vez más alejados de las bocaminas, lo que implica un aumento de personal, equipos, repuestos e insumos.

Así mismo, mientras que en las grandes compañías los trabajos de excavación se realizan de forma mecánica, en la pequeña minería se hacen de manera manual.

Los trabajadores de estas zonas mineras son, en su gran mayoría, personal no calificado cuyo rendimiento, incluyendo el personal de fondo y superficie, alcanza la tonelada por cada turno laborado.

De acuerdo con el grado de calificación del trabajador y al tipo de mina se establece el sueldo del trabajador, el cual puede oscilar entre uno y tres salarios mínimos legales.

"Está claro que la industria carbonífera de los departamentos del Valle y Cauca, con la colaboración del Estado, debe esforzarse en mejorar los aspectos socioeconómicos de esta actividad minera; sin embargo, esta acción puede elevar de modo considerable el costo final del producto, lo que implicaría entablar una fuerte competencia en precios con los carbones procedentes de otros departamentos, donde los yacimientos carboníferos tienen mayor abundancia de reservas, son menos difíciles de explotar y la calidad del producto es mucho mejor" concluye el Ingeniero José Daneri Fernández.



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