EN PELIGRO HABITAT DE BALLENAS

Las ballenas que fueron perseguidas por el hombre con fines comerciales hasta casi su extinción, hoy en día se han convertido en una fuente de recurso económico. Pero la fragilidad de este recurso es una característica natural de la especie y su ambiente.

Foto de Fundación Yubarta
Como todas las especies de grandes ballenas la yubarta fue cazada hasta casi su extinción. Hoy en día son miradas con curiosidad por los turistas.
Agencia AUPEC. 23-04-1998

Aún cuando la caza comercial ha sido la causa principal de la declinación poblacional de todas las especies de ballenas, en la actualidad algunas actividades humanas constituyen una amenaza grave.

Entre las amenazas con que se enfrentan las ballenas se cuentan: enmallamientos accidentales en redes fijas de deriva utilizadas para la pesca o que han sido abandonadas en el mar. Esto les produce la muerte por asfixia o por inanición pues les impide desplazarse o alimentarse.

La colisión con barcos y otras embarcaciones especialmente en periodos de reproducción o alimentación, perturbación y contaminación acústica por motores y sonares de barcos, botes o ruidos de actividad industrial, pueden interrumpir las actividades de reposo cortejo o crianza.

Para las especies más costeras, como la ballena jorobada, la degradación del hábitat es un factor determinante. La contaminación por químicos,  derrames de hidrocarburos, pesca con dinamita y el desarrollo costero, que trae consigo la construcción y el vertimiento al mar de residuos domésticos, deteriora el hábitat de estas especies y amenaza esta población de mamíferos.

Así también la competencia con el ser humano por el alimento representa un riesgo, pues muchas de las especies que son de interés comercial para el hombre son la fuente de alimento para estos cetáceos.
 
El turismo comercial con el propósito del avistamiento de las ballenas es también un peligro en potencia para esta especie, pues ante una invasión y contaminación del hábitat que ellas utilizan durante sus migraciones podrían verse obligadas a cambiar sus hábitos.

“Por esta razón la fundación Yubarta está desarrollando además de la investigación, un programa de educación ambiental con las comunidades de la costa pacífica colombiana para la conservación de este recurso” declaró Lilián  Florez González, Bióloga de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Directora de la Fundación Yubarta.


Foto de Fundación Yubarta
La yubarta hace parte de las especie de ballenas migratorias, viaja de los polos, cuando llega el invierno, hacia las zonas tropicales para el apareamiento y la procreación.
Mamíferos acuáticos

Las ballenas pertenecen al grupo de los mamíferos acuáticos llamados cetáceos, es decir, poseen sangre caliente, respiran a través de sus pulmones y paren y amamantan a sus crías. El grupo  se divide en odontocetos y mysticetos (o ballenas). En el primer grupo se encuentran los que poseen dientes como delfines, orcas y cachalotes, el segundo incluye aquellos que poseen unas laminas flexibles, llamadas ballenas, y de ahí deriva el  nombre de este grupo.

Dentro de las ballenas hay diferentes familias. La más amenazada de todas es la de los rorcuales, denominada así por los surcos que presentan  a nivel de la garganta, que les permite ensanchar la cavidad bucal donde toman grandes cantidades de agua con alimento, luego al presionar la lengua con el paladar el agua sobrante sale y las presas son retenidas en las barbas para ser engullidas.

De las seis especies de los rorcuales, cinco migran desde las regiones polares, ártica y antártica hacia las zonas tropicales para aparearse y tener sus crías.

En la costa pacifica Colombiana se han reportado cinco especies de ballenas  del grupo de los rorcuales de las seis existentes, siendo la ballena azul la única de la cual no se conoce reporte.

A la familia de los rorcuales pertenece la yubarta o ballena jorobada. Esta especie se encuentra  presente en todos los océanos del planeta y fue cazada desde la segunda mitad del siglo XIX hasta casi su extinción. En la actualidad  se estima la población mundial en 15.000 mil individuos.

Para recuperar una especie que ha sido diezmada se requieren esfuerzos que apunten a conocer más sobre ella, por lo que es necesario, además de preservar la especie y su hábitat, estimular la investigación, al mismo tiempo que la divulgación de los resultados.

Contacto: Bióloga Lilian Florez González. Fundación Yubarta A.A.33141 tel:6679893
e-mail: lilianfg@biomarina.univalle.edu.co


© Se permite la reproducción total o parcial de este material, siempre y cuando se cite a AUPEC como fuente original


Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
 
HOME PAGE