MADRE “TRISTE”

¡BEBE DESNUTRIDO!

Si mi mamá sufre, sufrimos los dos, parece ser el resultado de la investigación de un médico y una nutricionista en Costa Rica, donde se llegó a la conclusión que una madre maltratada y sola, da a luz un niño de bajo peso y con menos probabilidades de subsistir.


Foto de Rev. Tierra Verde

El bajo peso al nacer representa un problema de salud pública, pues se estima que anualmente contribuye en 9.1 millones de muertes en menores de un año. Los factores sociales que afectan a la madre tienen efecto en el feto.

Agencia AUPEC. 27-04-1998

Llegar al mundo en condiciones físicas inferiores, como el bajo peso al nacer, es una situación que pone en riesgo la vida de los pequeños. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los niños con esta condición tienen entre 5 y 10 veces más riesgo de morir que los de peso normal al nacer, en su primer año.

El hecho de que el peso al nacer sea un determinante en la mortalidad infantil motiva a los investigadores de todo el mundo a averiguar cuáles son las causas de desnutrición intrauterina.

Con el ánimo de conocer algunas respuestas a este interrogante la nutricionista Hilda Nuñez y el médico epidemiólogo, Gustavo Bergonzoli, realizaron una investigación en 4 hospitales costarricenses: Max Peralta, William Allen, San Rafael y San Juan de Dios, donde se atienden las materniddades y partos de aproximadamente el 95% de la población del Valle Central de este país  y que equivale al 66% de su población.

Los casos escogidos para estudio deberían cumplir con los siguientes criterios: producto único, es decir, un solo niño por madre; vivo, con un peso inferior a 2.500 gramos al nacer y edad gestacional entre 37 y 41 semanas. (No se incluyeron los neonatos prematuros para evitar  confusiones).

Se entrevistaron 109 casos de recién nacidos y 106 controles, es decir 106 madres embarazadas, donde se estudiaron aspectos multivariados: condición biologica, psicosocial y sociocultural de la paciente.

El total de neonatos (Recién Nacidos) captados fue de 109 de los cuales 63 fueron niñas y 49 varones y de los 106 controles, nacieron, 49 mujeres y 57 hombres.

De todos estos casos (en total 215), nueve madres se negaron a responder la entrevista, por lo cual la información sociocultural y psicosocial se obtuvo de 206 madres que representan el 96% del total. La información sobre los riesgos biológicos maternos, se logró obtener de los expedientes clínicos.


Foto de Rev. Noticias Coomeva

El hecho de que la embarazada se sienta acompañada ayuda en su soporte psicológico y autoestima, condiciones necesarias para disminuir el riesgo de que el bebé presente bajo peso al nacer.

Importancia de factores sociales

Los investigadores centraron su interés en establecer los factores socioculturales que podían tener influencia en el bajo peso al nacer de los bebés, entre los cuales está la condición de madre soltera, unión libre e ingresos económicos. Igualmente tuvieron en cuenta las características psicosociales como el deseo por el embarazo, la compañía en la atención prenatal y la agresión durante la gestación.

Durante la investigación se descubrió que la agresión y la soltería de las madres gestantes influye hasta en un 81.1% en el buen peso al nacer; también se determinó que ir acompañada al control prenatal podría reducir en un 50%  y un 75% el riesgo de bajo peso en el recién nacido.

“Lo anterior implica que con estos indicadores fáciles de obtener, se puede identificar a las tres cuartas partes de las madres gestantes con riesgo de tener un niño de bajo peso al nacer”, explican los investigadores.

Esto a la vez reafirma la importancia de que el control prenatal se realice de manera integral, es decir, tomar en cuenta todo el conjunto de factores biológicos, socioculturales y psicosociales, que afectan a la madre antes de que nazca su hijo.

Los servicios de salud prenatales, además de preocuparse por la ganancia de peso durante la gestación, tendrán que vigilar el estado emocional de las gestantes en relación con su deseo de tener al hijo, saber si están acompañadas por algún familiar cercano  (que puede representar el soporte psicológico y la autoestima de la embarazada) y si están o no bajo agresión.

“En cuanto a la agresión es importante resaltar que no solo hablamos de agresión física sino también psicológica, pues esto influye notablemente en la calidad del producto de la gestación”, afirman los investigadores.

En algunos países desarrollados,  como Noruega, el uso de factores de riesgo en el embarazo está bien establecido y documentado desde hace muchos años. Esto hace prever que los factores identificados en este estudio se pueden utilizar con el mismo propósito y así identificar el grupo de gestantes expuestas a mayor riesgo de tener un hijo con bajo peso al nacer y lo que esto implica en el posterior desarrollo psicomotor del niño.

“Lo anterior compromete a los servicios de salud a coordinar con las diferentes organizaciones, la planificación y ejecución de actividades preventivas y de promoción de la salud de la mujer y la gestante en particular” dicen Nuñez y Bergonzoli.

Contacto: Médico Epidemiólogo Gustavo Bergonzoli. Consultor de la Organización Panamericana de la Salud, OPS. Guatemala.


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