Embarazo y Sida

UNA DECISION DIFICIL DE TOMAR

Una de las decisiones importantes a las que se debe enfrentar una mujer infectada con el VIH es la de si tener o no un hijo, y qué debe hacerse para reducir el riesgo de trasmitir el virus a la criatura.

Ilustración de Guía Médica Familiar

La infección en la mujer favorece la infección del feto o recién nacido, a través de la placenta, o mediante la contaminación con sangre, líquido amniótico, otras secreciones durante el parto, o mediante la leche materna después del nacimiento.


Adriana María Ochoa O.
Agencia AUPEC. 15-04-1998

Los afroamericanos (40%) y los hispanos (19%) representan, desde 1994, la mayoría de los casos de VIH/SIDA en Estados Unidos;  en ambos grupos  el 75% corresponde a mujeres., la mayoría en edad reproductiva.

Parece que por razones anatómicas  y fisiológicas, la mujer tiende a infectarse más a menudo que el hombre. Es decir, que el hombre transmite las infecciones sexuales más eficientemente que la mujer.

Las mujeres, por razones tradicionales, económicas, políticas y culturales, a menudo carecen del poder para negociar el inicio, la frecuencia, el tipo, el cuándo, el lugar y las condiciones de las relaciones sexuales, incluyendo la protección empleada. A menudo también existe la posibilidad de violencia emocional, sexual y física.

Muchas mujeres, aún en las mejores condiciones, consideran las relaciones sexuales como una obligación. A nivel mundial la transmisión heterosexual es la causa más común de VIH/SIDA.

La infección en la mujer favorece la infección del feto o recién nacido, a través de la placenta, o mediante la contaminación con sangre, líquido amniótico,  otras secreciones durante el parto, o mediante la leche materna después del nacimiento.

En 1993, En Estados Unidos, 7 mil mujeres embarazadas eran VIH positivas, lo que resulta en 1000 a 2 mil recién nacidos con infección.

De acuerdo con el médico Pedro A. Poma, profesor de la Universidad de Loyola, en Chicago, Estados Unidos, y jefe del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Ravenswood, un estudio reciente, realizado en este mismo país, señaló que el 27% de mujeres VIH seropositivas no usaban métodos anticonceptivos, a pesar que su posibilidad de embarazo es similar a otras mujeres; la mitad de mujeres que resultaron embarazadas decidió continuar el embarazo

De acuerdo con los médicos, el sistema inmunológico de una mujer es naturalmente deprimido durante el embarazo, volviendo a sus niveles normales después del nacimiento.

Inicialmente se temía que esto no ocurriera con las madres seropositivas, lo que ocasionaría embarazos sumamente peligrosos. Sin embargo, los estudios recientes han demostrado que el período de gestación  no parece afectar en forma adversa a la madre ni provocar un aceleramiento en el desarrollo de la enfermedad.


Ilustración de Guía Médica Familiar

Lo investigadores toman en cuenta que el medicamento utilizado cruce la placenta, parte del saco alrededor del feto que provee la nutrición, y llegue al torrente sanguíneo del feto, previniendo así la transmisión del VIH de madre a hijo.

Una decisión difícil

Una de las decisiones importantes a las que se debe enfrentar una mujer infectada con el VIH es la de si tener o no un hijo, y qué debe hacerse para reducir el riesgo de trasmitir el virus a la criatura.

En este sentido, de acuerdo con la página en Internet del Acceso a la Salud Computarizada de Nueva York, NOAH, los especialistas aseguran que se deben considerarse varios factores antes de tomar una decisión. Entre estos aspectos se encuentra el hecho de que existe entre un 20% a un 30% de posibilidades de transmitir el virus al feto durante el embarazo, el trabajo de parto o el alumbramiento.

La posibilidad de transmitir el VIH a un niño también existe al amamantar. Por consiguiente, en algunos países no se recomienda que las mujeres infectadas alimenten con sus pechos a los recién nacidos.

Si la salud general de una mujer es muy deficiente o ésta no recibe un adecuado cuidado prenatal, el riesgo de transmisión puede ser mucho mayor, así como la posibilidad de agravar aún más su estado de salud.

Los factores involucrados en la transmisión perinatal del VIH no están aún completamente comprendidos. Un nivel alto del virus en el torrente sanguíneo de la madre o una deficiencia de Vitamina A puede pronosticar un mayor riesgo de la transmisión madre-bebé.

De todas maneras, los expertos consideran que una madre  nunca deberá sentirse presionada a entregar a su hijo de forma prematura y no deseada. Además, un niño también puede ser una importante fuente de gozo y apoyo, pues su  presencia puede disminuir la sensación de aislamiento y suministrar a algunas mujeres una razón para vivir.

Adicionalmente, cuidar un niño puede incrementar la autoestima y a menudo frenar los comportamientos autodestructivos, tales como el abuso de drogas.

¿Qué se está haciendo?
 
Según datos suministrados por la NOAH, en este tipo de estudios, lo que los investigadores toman en cuenta es que el medicamento utilizado cruce la placenta, parte del saco alrededor del feto que provee la nutrición, y llegue  al torrente sanguíneo del feto, previniendo así la transmisión del VIH de madre a hijo.


Foto de Guía Médica Familiar

Los expertos consideran que una madre nunca deberá sentirse presionada a entregar a su hijo de forma prematura y no deseada. Además, un niño también puede ser una importante fuente de gozo y apoyo, pues su presencia puede disminuir la sensación de aislamiento y suministrar a algunas mujeres una razón para vivir.

En el gremio científico se sabe que el AZT puede reducir el riesgo de transmisión del virus de madre a hijo entre un 70 y 80%, sin importar el nivel de carga viral.

El medicamento es suministrado durante la décimocuarta (14ª) semana de embarazo y durante el resto del mismo. Se suministra en forma intravenosa durante el parto y se le da al recién nacido durante seis semanas después del nacimiento.

Investigaciones recientes sobre transmisión perinatal reveló una reducción significativa en el porcentaje de bebés infectados de mujeres. Todas tomaron la droga en forma oral durante la segunda mitad del embarazo, suministrándoles infusiones durante el trabajo de parto y el alumbramiento.

A sus bebés se les administró AZT durante 6 semanas.

Dentro del grupo de mujeres que tomaron AZT, aproximadamente un 8% de los bebés resultaron seropositivos. En el grupo bajo placebo (las que no tomaron AZT), la tasa de transmisión fue de un 25%.

Los investigadores no tienen aún muy claro si el AZT redujo el nivel del virus en la madre, reduciendo así el riesgo de transmisión o si éste produjo algún tipo de intervención molecular, reduciendo la transmisión.

Otro interrogante es el efecto a largo plazo del AZT en los bebés a quienes se les suministró en sus primeras semanas de vida. Aunque no se han reportado defectos obvios o efectos secundarios producidos por la droga, a estos niños se les hará un seguimiento hasta que cumplan 21 años.

Por otra parte,  el Nevirapine también ha  sido estudiado en mujeres en embarazo. En las pruebas realizadas, el medicamento ha demostrando ser bien tolerado por las pacientes,  cruza la placenta y llega a niveles   efectivos en la sangre del feto.

Cuando un niño nace, aún lleva los anticuerpos contra el VIH de la madre,  por lo tanto puede dar un "falso positivo". Los bebés,  por lo general, pierden los anticuerpos de la madre a los 18 meses, a partir de ese momento se puede  obtener un resultado más exacto.

Si el pequeño resulta seropositivo se deben considerar varios factores, como por ejemplo que los bebés infectados a menudo presentan un mayor número de problemas de salud, desarrollan dificultades mentales y enfermedades propias de la niñez mucho más severas.

Contacto: http://www.noah.cuny.edu/sp/spabout.html


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