Colombia, cada vez más, es un país mal alimentado y enfermo por esta causa. Un análisis de la Universidad del Valle muestra que, aunque el promedio nacional es saludable, aumenta el consumo de grasas y disminuye el de alimentos como cereales. Los jóvenes, los más afectados.
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El hecho de estar flaco no es sinónimo de mala alimentación. Mas bien la gordura está asociada a problemas de salud. |
Hasta un tiempo después de que las abuelas alimentaran a nuestras mamás, tener los cachetes más abultados y rosados que cualquiera y estar pasado de kilos, sin importar qué enfermedades se sufriera por ello, era una señal de que esa familia gozaba de opulencia y bienestar.
Ahora, a un paso del siglo XXI, estas ideas están mandadas a recoger y lo que en Colombia y en países de ingresos medios, eran consideradas "enfermedades de la riqueza", hoy se han convertido en manifestaciones modernas de la pobreza, pero sobre todo, en signos de una mala alimentación.
Se ha pasado de una situación en que las señales de pobreza eran niños flacos que sufrían de diarrea, sarampión y otras infecciones, actualmente casi erradicadas, a otras señales expresadas en infartos y enfermedades cardiovasculares en general, deabetes no hereditaria, algunos tipos de cáncer, obesidad, entre otras, especialmente en personas que no superan los 40 o 45 años de edad.
Este reporte fue presentado por el Grupo de Nutrición de la Universidad del Valle al Ministerio de Salud Nacional de Colombia, a principios de 1998.
Para el análisis, los investigadores del Grupo de Nutrición confrontaron fuentes como datos publicados por las Agencias Internacionales; la Organización Para la Alimentación y la Agricultura, FAO; el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF; el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE; la Unidad de Nutrición, NUT, de la Organización Mundial de la Salud, OMS; el Ministerio de Salud de Colombia; el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, PNUD; la Secretaría de Salud Municipal de Cali; varias tesis de grado de Magister de Salud Pública y entrevistas con funcionarios de instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
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En el mundo existen más de 780 millones de personas que no tienen alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas diarias de energía y proteínas, sobre todo en África, Asia y América Latina. |
Según el médico pediatra Alberto Pradilla Ferreira, coordinador del Grupo de Nutrición de la Universidad del Valle, después de la violencia, los padecimientos asociados con la alimentación, son la principal causa de enfermedad y muerte en personas en edad económicamente productiva en Colombia.
"Los cambios radicales en las condiciones de vida y de trabajo, asociados con la industrialización y la urbanización, han hecho que la alimentación contemporánea se divorcie cada vez más de generar buena salud. Hay un mayor consumo de tabaco, alcohol, comidas ricas en azúcar, sodio, preservativos y grasas saturadas, que permite prever un aumento en la aparición de tumores malignos, enfermedades cardiovasculares, sobrepeso, obesidad, enfermedad pulmonar y diabetes mellitus, así como diferentes tipos de cáncer que se asocian con alto consumo de grasas y baja ingesta de alimentos ricos en fibra", afirma el médico Pradilla.
Por ejemplo, para Cali, en 1995, la primera causa de muerte en mujeres fueron las enfermedades cardiovasculares, al tiempo que la diabetes fue la quinta causa.
Los resultados del análisis muestran que en la mayoría de los departamentos, la mortalidad por enfermedades crónicas asociadas con la alimentación representa más del 25% de todas la muertes, mientras que en estos mismos departamentos, las enfermedades transmisibles representan menos del 10%.
Los investigadores dicen que esto podría interpretarse como optimista, pero realmente no es así. "Lo que se reflejan son cambios en la población y en su salud, pero es tan grave la mortalidad en adultos jóvenes por enfermedades crónicas, como la de niños, por infecciosas, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata del mismo núcleo de población, es decir, en personas de bajos recursos".
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Las sociedades urbanas modernas, parecen converger hacia el consumo de dietas de alta densidad calórica, ricas en grasas y azúcares, y bajas en fibra, que se asocian con una vida cada vez más sedentaria. |
"Nutrición es el equilibrio entre las necesidades calóricas del organismo y lo que uno come, según sus condiciones de vida. Por ejemplo, si alguien consume 3.000 calorías al día, su actividad debe permitirle gastar esa misma cantidad", explica el médico Pradilla.
Según informes del Plan de Acción para la Nutrición, hay más de 780 millones de personas que no tienen alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas diarias de energía y proteínas. El 80% está en India, Nepal, Bangladesh, Laos y en algunos países de África, donde las extensas sequías acaban con el abastecimiento de alimentos.
"No se puede decir que Colombia sea "tercermundista" en cuanto a nutrición y mucho menos afirmar que sea un país desnutrido, pues el problema no es general, sino que se observan casos específicos.
Por ejemplo, se puede encontrar desnutrición por defecto, es decir, de personas flacas, en la costa pacífica, la sabana de Bolívar, el Caquetá y en general, en la mayoría de las zonas rurales y, al mismo tiempo, hallar desnutrición por exceso, es decir, presencia de obesidad, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, en ciudades como Bogotá, Cali y Medellín", dice el médico.
Los últimos estudios indican que en Colombia la desnutrición por defecto en población menor de cinco años, ha disminuido en más del 50% entre 1965 y 1995. Esto coloca al país dentro del grupo de naciones en donde este tipo de desnutrición no es un problema de salud pública.
Sin embargo, las sociedades urbanas tienden al consumo de dietas de alta densidad calórica, ricas en grasas y azúcares libres y bajas en fibra, que se asocian con una vida cada vez más sedentaria y con fenómenos como la emigración, el paso del campo a la ciudad, la desaparición de las tradiciones familiares, el estrés del mundo moderno, entre otros, generando que la edad en que aparecen las enfermedades crónicas asociadas con la alimentación, sea cada vez más temprana y en grupos de menores ingresos.
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Se deben adoptar estilos de vida saludables, incluyendo una alimentación balanceada, para disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pulmonares y hasta para evitar el cáncer. |
"Si la dieta de la población evolucionara hacia una composición saludable, junto con un aumento en la actividad física, se debería incluir de un 15% a 30% de grasas, esto quiere decir, máximo 10% de ácidos grasos saturados, 3% a 7% de ácidos grasos poliinsaturados y un máximo de 300 miligramos de colesterol; 50% a 70% de carbohidratos complejos; 16% a 24% de polisacáridos no almidones; menos del 10% en azúcares refinados y 10% a 15% de proteínas. Lo anterior difiere bastante de la alimentación actual de ricos y pobres en nuestro país" aclaran los investigadores.
Si Colombia continúa con las tendencias actuales, para el año 2020 la morbimortalidad será muy semejante a la que vemos hoy en los países de altos ingresos. La causa de las enfermedades infecciosas intestinales estará más ligada con infecciones alimentarias, debidas a un manejo inadecuado de los alimentos en el hogar o en comedores públicos.
Países como Estados Unidos, Noruega y Finlandia están adoptando estilos de vida saludables y han disminuido las enfermedades cardiovasculares en sus poblaciones. Los investigadores afirman que Colombia requiere urgente una cultura de prevención y enfocar, sobre todo, la población escolar, para lo cual los espacios para hacer deporte en la vía pública, son iniciativas que deben continuar, pues son accesibles a todos.
Así mismo, ya se adelantan estudios en Cali y en Medellín, para identificar factores de riesgo de enfermedades asociadas con la alimentación, en escolares de estas ciudades.
La situación, dice el médico Pradilla, es alarmante, pues en pocos años Colombia tendrá una población entre 30 y 40 años, que sufrirá de enfermedades crónicas, que antes eran reservadas sólo a personas en edad avanzada, sin contar con los altos costos económicos y sociales que tendrá que pagar el país por el manejo de estas enfermedades y por la muerte de este segmento de población.
Contacto: Médico Alberto Pradilla, Escuela de Salud Pœblica,
Universidad del Valle.
E-mail: agopradi@sinsa.univalle.edu.co
Tel: 5542476-58. Grupo de Nutrición Tel: 5542471
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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