El asombro de la humanidad ante el evento del hombre
pisando por vez primera la superficie lunar, en 1969, puede ser superado
si se logra el objetivo de los científicos, de llevar una misión
tripulada a Marte.
Fuente http://www.alucine.com/WebAluc/español/Marte.htm |
Retrato infográfico de Marte, recreado por la artista Susana Valentina |
AGENCIA AUPEC
Si existiesen los marcianos, se habrían sorprendido el 4 de julio de 1997, al ver como un punto luminoso en el cielo, se inflaba repentinamente y caía a la superficie de su planeta rebotando como una gigantesca pelota playera. Era la sonda Pathfinder.
Mientras que para los guionistas y escritores de ciencia ficción de los años 40 era una total fantasía pensar en la posibilidad de visitar el planeta rojo y debían recurrir a toda su imaginación para describir el paisaje marciano, a finales del siglo XX, podemos contar una conquista más dentro de la era espacial con el feliz amartizaje de la sonda Pathfinder, en Marte.
Superando el escepticismo de quienes creían que el máximo alcance dentro de la exploración espacial había sido llegar hasta la luna, los terrestres nos maravilllamos ante las primeras imágenes reales de la superficie marciana y la animación gráfica que describe como la sofisticada sonda Pathfinder aterrizó, o mejor, amartizó dando tumbos.
Estas son algunas de las curiosidades que Rosendo Naranjo, un astrofísico caleño que trabaja en la oficina de vuelos espaciales de la Nasa, reveló a los asistentes del Primer Congreso Iberoamericano de Astronomía, realizado recientemente en Cali.
Este destacado ingeniero conoció
de cerca el proceso que llevó una sonda no tripulada al Planeta
Rojo para analizar el terreno y captar imágenes, que nos permitan
entender mejor al planeta más cercano y parecido a la Tierra
dentro de nuestro sistema solar.
Ilustración de Discovery |
Las fotos del relieve marciano, en el que se divisan lo que parecen ser valles y cuencas fluviales, sugieren la presencia de ríos en el pasado pero es necesario reunir muestras del terreno y fotografías más explícitas, para despejar la duda. |
Como en otro planeta.
Una de las características en las que difiere Marte respecto a nuestro planeta, es su gravedad, ya que es apenas la tercera parte de la que existe en la Tierra. Además de eso, está su atmósfera que es mucho menos densa que la nuestra.
Todos estos elementos debían ser considerados para asegurar que los delicados instrumentos del Pathfinder llegaran a salvo a la superficie marciana.
Se pensó en usar motores cohete y giróscopos (aparatos que corrigen permanentemente la posición de la nave) como en el caso del Aguila, o módulo lunar en el que el hombre se posó en la luna, durante el programa Apolo.
Sin embargo los cohetes requerían demasiado combustible, lo que habría aumentado el peso de la nave, además los giróscopos son instrumentos delicados que pueden estropearse fácilmente.
Otra alternativa era usar un paracaídas, sin embargo, debido a la atmósfera poco densa, éste tendría que haber sido gigantesco para que el delgado aire marciano ofreciera la resistencia necesaria que frenara al Pathfinder de tal modo que se posara suavemente, además la sonda podría haberse enredado en las cuerdas o la tela, arruinando la misión.
Fue entonces cuando a un grupo de ingenieros se le ocurrió una tercera alternativa, el Airbraking que consiste en una serie de balones de aire similares al airbag, o bolsa de aire que tienen los automóviles en el volante para amortiguar el impacto del condutor, en caso de colisión.
La llegada del Pathfinder, combinó entonces las tres opciones: luego de empezar un proceso de frenado al rozar las capas más exteriores de la atmósfera, se abrió un paracaídas que disminuyó aún más la velocidad de su descenso.
Este paracaídas se desprendió a unos 150 metros de la superficie, luego se encendieron unos pequeños cohetes para elevar un poco la sonda y disminuir la velocidad de caída y entonces se hincharon los balones que hicieron que la sonda rebotara sobre Marte.
Según el astrofísico
Naranjo, en el desierto de Arizona se hicieron innumerables pruebas soltando
réplicas desde helicópteros para probar el Airbracking, pese
a que las condiciones en Marte son muy distintas afortunadamente
el Pathfinder amartizó a salvo.
Como un horno microondas
Luego de desinflar los balones de aire, el Pathfinder debía abrirse como si fuera un capullo de tres pétalos, pero uno de los balones no se desinfló, poniendo en peligro la misión del Sojourner, un vehículo robotizado y manejado a control remoto desde Tierra, que según el ingeniero Naranjo tiene el tamaño de un horno microhondas.
Afortunadamente el inconveniente pudo ser superado y se desenrrolló una rampa por la cual el Sojourner pudo bajar y rodar por la superficie marciana. De la sonda se elevaron cámaras y antenas para recolectar datos como por ejemplo, el débil viento marciano e incluso imágenes del Sojourner mientras se alejaba de la sonda nodriza.
Según Naranjo, antes de la misión Pathfinder se hicieron pruebas en las que el vehículo rodaba en el desierto de Atacama, en Chile, mientras era operado a distancia desde Filadelfia y Pasadena
El Sojourner tiene en su parte superior una superficie de fotoceldas que le permiten captar energía solar, además cuenta con ruedas de hierro y cubiertas de pequeños ganchos para aumentar la tracción. Cada una de ellas tiene un servo o motor interno, operado desde el cuerpo del vehículo por una computadora.
Este vehículo explorador cuenta con un juego de lásers en su parte frontal que le permiten detectar grietas y obstáculos para evitar un accidente. Además tiene dos videocámaras cuyas imágenes combinadas ofrecen una visión con relieve, igual que sucede con nuestro par de ojos; a esto se le llama visión estereoscópica.
El Sojourner analizó muestras mediante espectrografía que consiste en irradiar rayos x sobre el objeto analizado, cada elemento absorbe una determinada frecuencia lo que permite identificar su composición.
Entre el material analizado encontraron una sorprendente similitud con la composición de la Cordillera de los Andes, lo que demuestra la estrecha relación que hay entre la Tierra y Marte. Sin embargo, no pueden aún sacarse conclusiones sin profundizar más los estudios.
Como dato importante, el astrofísico Rosendo Naranjo destacó el papel de algunos latinos que participaron del proyecto. Se esperaba por ejemplo, que el Sojourner funcionara por semana y media y terminó funcionando por tres meses, lo que en gran parte se debió al talento de un boliviano que diseñó la batería del vehículo. Asimismo destacó que los componentes de computación del sistema fueron diseñados por un equipo de hispanos.
Con la llegada del Pathfinder a Marte se dio el segundo paso, después de la visita a La Luna, en la larga caminata que el hombre ansía dar por el espacio.
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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