BACTERIAS, SOLUCIÓN PARA

EL EFECTO INVERNADERO

Algunos de los gases que provocan el efecto invernadero son generados por actividades agrícolas, como parte de la actividad metabólica de numerosos microorganismos que existen en el suelo, aunque hay otros que son capaces de consumirlos. El suelo se convierte, entonces, en un regulador de la concentración de estos gases en la atmósfera.

Ilustración del periódico El País

Agencia AUPEC.

Uno de los principales temores de la población mundial es el drástico cambio del clima que se ha dado en el último siglo.

El aumento de la temperatura conocido como efecto invernadero es debido a la acumulación de gases en la atmósfera terrestre. Estos gases absorben la radiación infrarroja que emite la tierra, evita que esta radiación se escape al espacio y la represa; la energía entonces se manifiesta con el aumento de la temperatura del planeta.

Entre estos gases causantes del efecto invernadero se encuentran el dióxido de carbono, metano y oxido nitroso. "La mayoría de estos gases se han acumulado en la atmósfera en los últimos cien años, fundamentalmente a causa de la quema de combustibles fósiles y actividades industriales de diferente tipo", explica el ingeniero químico Marco Antonio Rondón, especializado en la Agencia Internacional de Energía Atómica de Viena y la Universidad de Cornell, Estados Unidos.

Sin embargo algunos de estos gases son generados por actividades agrícolas, como parte de la actividad metabólica de numerosos microorganismos que existen en el suelo aunque hay otros que son capaces de consumirlos. El suelo se convierte entonces en un regulador de la concentración de estos gases en la atmósfera.

El intercambio de gases entre suelo y atmósfera es muy dinámico. Por ejemplo, cuando los suelos se inundan predominan bacterias que producen metano, por lo que el flujo de estos gases hacia la atmósfera aumenta,  mientras que ocurre lo contrario en épocas de sequía, cuando las bacterias que consumen metano predominan.

Además de las condiciones ambientales, también el tipo de suelo y las prácticas  agrícolas tienen incidencia en el efecto invernadero.

En el Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT, se desarrolla un proyecto, el primero de esta clase que se realiza en Colombia, con el cual los investigadores pretenden evaluar en el campo el balance de estos gases causantes del efecto invernadero.

"Nuestro objetivo es determinar cómo se modificaran los flujos de gases en varios ecosistemas del país al someterse a nuevas prácticas agrícolas", explica el investigador Marco Rondón.

El estudio ha empezado en el área de los llanos orientales porque representa la zona donde la agricultura va a desarrollarse en el próximo siglo. Con el cambio de pasturas nativas por  determinado tipo de cultivos las propiedades biológicas, físicas y químicas también se alteran.

Los investigadores realizaran mediciones de flujos en condiciones naturales con suelos sometidos a cultivos agrícolas para contrastar los resultados. Se espera encontrar prácticas agrícolas que logren que el suelo funcione como un consumidor neto de gases  de efecto invernadero.

"Cualquier flujo del suelo a la atmósfera es nocivo porque incrementa la concentración de estos gases mientras que el flujo de la atmósfera al suelo es benéfico porque la reduce" , afirma el investigador Marco Rondón.

Esta investigación representa una esperanza en la tarea de manejar el efecto invernadero, a través de la agricultura, pues de acuerdo con los estimativos mundiales la temperatura global del planeta podría aumentar un grado centígrado en los próximos cincuenta años.

Contacto: Marco Antonio Rondón. Científico de Suelos, del CIAT. A.A. 6713, Cali, Colombia.
E-mail: m.rondon@cgnet.com


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