¿UN NIÑO  MALEDUCADO O HIPERACTIVO?
Aunque la inquietud en un  niño suele relacionarse con la mala crianza, la realidad  es que su incapacidad de control se debe a que padece un Trastorno Deficitario de la Atención (TDA) relacionado con la forma como está constituido el cerebro.

Foto de Avianca

En el TDA, la hiperactividad aparece antes de los siete años.


Por Fulvia Carvajal

Cuando  ni la abuela, ni las amorosas tías, ni siquiera el padre del niño quieren quedarse con él, y en la escuela siempre la llaman para quejarse de que el niño se salió de clase, le pegó a los demás niños y como si fuera poco nunca lleva tareas y es desobediente con la profesora, definitivamente usted está frente a un niño con Transtorno  Dificitario de la Atención.

En un niño hiperactivo, la inquietud es superior  a su capacidad de control lo que constituye un serio problema que afecta tanto su vida personal como social.  Así lo explica el doctor Rafael Vásquez, Médico Siquiatra del  Departamento de Pediatría de la Fundación Santafé de Bogotá y Profesor del Departamento de Siquiatría de la Universidad Nacional.

Según el doctor Vásquez, la inquietud es considerada un síntoma de Transtorno Dificitario de la Atención, TDA, cuando ésta es más frecuente que en los demás niños de su edad.  De esta manera,  se observa que el niño no lo logra momentos de calma y control;  no rinde en el colegio y, en general, se ve afectada su vida comunitaria en el aula o en el tiempo libre.   No se conoce una causa única para el TDA.   Se considera que la forma como está constituido el cerebro produce la alteración, pero ello no implica que haya un daño en el cerebro. Se sabe con certeza que el TDA es hereditario y que no lo causan las golosinas, ni la carencia de vitaminas y que tampoco es el resultado de una mala crianza.

El Doctor Vásquez aclara que no todos  los niños que presentan el síntoma de la inquietud padecen de TDA . La inquietud también puede deberse a otros factores que pueden ser de orden orgánico o sicoafectivo como problemas en la visión y en la escucha; y la tristeza o la angustia, respectivamente.


Foto de Salud Coomeva

La mayoría de los pacientes se recuperan con el tratamiento para el TDA

El diagnóstico definitivo para el Trastorno Deficitario de la Atención ) se realiza cuando el niño presenta desatensión, hiperactividad o impulsividad.  Por otra parte, se debe tener en cuenta si los síntomas comenzaron antes de los siete años y si se presentan en el colegio y/o en la casa y, por supuesto, si han alterado su funcionamiento social, académico u ocupacional.   El doctor Vásquez especifica que este diagnóstico no puede realizarse a partir de radiografías, electroencefalogramas   o  pruebas de laboratorio clínico; debe realizarlo profesionales en Siquiatría a través de la observación del  comportamiento del niño  en ambientes formales. Según el doctor Vásquez, en este criterio se fundamenta la mayor fuente de información para realizar el diagnóstico porque es la oportunidad de observar cómo se comporta el niño con otros niños.   Esta apreciación es mucho más fácil y certera porque cuando hay  otros niños la inquietud se precipita, es incontrolable. Lo anterior no ocurre en lugares con pocas normas o cuando el niño se encuentra de otros niños.

El doctor Vásquez explica que el TDA requiere de tratamiento oportuno pues interfiere en el aprendizaje del niño y produce molestia e incomodidad en el paciente y su familia.  Además, en la medida que avanza el tiempo se complica con angustia, tristeza y actitudes desafiantes con maestros y familiares. En algunos pacientes está relacionado con comportamientos de agresividad y violencia.

Tres cuartas partes de los pacientes mejoran con el tratamiento

El objetivo final del tratamiento consiste en que el niño y su familia se desarrollen en armonía. Se trata, entonces, de mejorar la imagen social del niño y favorecer una crianza más grata, con menos quejas para los padres.  Para lograr todo ello es indispensable que los padres se capaciten sobre  el  Trastorno Deficitario de la Atención  pues con este proceso de información se aclaran los mitos y se conocen las verdaderas causas  de la inquietud.  Por otra parte, los grupos de autoayuda de padres de familia  facilitan mucho  las tareas complejas de la infancia. En el colegio se recomienda a los profesores que utilicen normas claras y directas y que el niño se encuentre físicamente muy cerca de su maestra.  Igualmente, los familiares que colaborar con la crianza del niño (abuelos, tíos,  primos) deben ser informados sobre la naturaleza de la alteración, enfatizando en que el fenómeno principal del TDA  con hiperactividad es que el niño no puede estar quieto y que ésta es una alteración heredada.  Finalmente, el doctor Vásquez afirma que el 80% de los niños mejoran con el uso de medicamentos especializados en un lapso de tiempo que es determinado por un profesional de acuerdo con cada caso en particular.

Mediante la ampliación del conocimiento sobre el TDA y el tratamiento especializado casi tres cuartas partes de los pacientes se mejoran. Esta mejoría constituye un alivio para el paciente, su familia y su ambiente escolar.
 

Mayores informes: doctor Rafael Vásquez, Médico Siquiatra del Departamento de Pediatría de la Fundación Santafé de Bogotá y Profesor del Departamento de Siquiatría de la Universidad Nacional. Santafé de Bogotá, Colombia.


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