La sonda espacial norteamericana Viajero 1 ha llegado al límite de nuestro sistema solar, por lo que está a punto de convertirse en el objeto diseñado por el hombre que más lejos ha viajado desde la Tierra.
NASA, Washington, D.C., febrero de 1998. Especial para AUPEC.
El pasado 17 de febrero, el Voyager 1, lanzado hace más de dos décadas, voló más allá de la sonda Pionero 10 para convertirse en el objeto artificial más distante en el espacio, a 10.4 billones de kilómetros de la Tierra. Las dos sondas espaciales se dirigen en direcciones casi opuestas, lejos del Sol.
Durante 25 años, el Pionero
10 fue líder en la exploración espacial, pero ese liderazgo
pasa al Voyager 1, pues ha llegado hasta donde nadie lo había
logrado antes.
La sonda se encuentra 70 veces
más lejos del Sol que de la Tierra, un lugar extremadamente frío,
donde hay muy poca energía solar y para mantener caliente la nave
es necesario suministrarle energía eléctrica.
La razón por la cual se puede seguir operando a tan grandes distancias del Sol es porque en la sonda espacial hay generadores termoeléctricos radioisotópicos, que producen electricidad y mantienen funcionando la sonda. El hecho de que la sonda espacial siga enviando datos es una extraordinaria hazaña técnica.
La misión del Pionero l0
terminó oficialmente el 31 de marzo de 1997. Sin embargo,
el Centro de Investigaciones Ames de la NASA, en Moffett Field, Califomia,
recibe intermitentemente datos científicos del Pionero 10 como parte
de un programa de entrenamiento para controladores de vuelo en la sonda
Lunar Prospector, que se encuentra girando alrededor de este satélite.
Un “judío errante”
El Viajero 1 fue lanzado de Cabo
Cañaveral el 5 de septiembre de 1977; se encontró con
Júpiter el 5 de marzo de 1979 y con Saturno, el 12 de noviembre
de 1980.
Luego, y debido a que su trayectoria
fue diseñada para que volara cerca a la gran luna Titán de
Saturno, la gravedad de este planeta inclinó la trayectoria de la
nave hacia el norte y lo mandó fuera del plano eclíptico,
es decir, del plano en cual todos los planetas, salvo Plutón, giran
alrededor del Sol.
.
Foto de Rev. Innovación y Ciencia |
"El Universo...la frontera final..." Esta frase de una popular serie de televisión se ha convertido en la razón de ser de la nave Viajero 1, "llegar donde nadie ha llegado antes". |
Una vez terminadas sus exploraciones planetarias, el Viajero 1 y su gemelo el Viajero 2, estudian ahora el ambiente del espacio en el sistema solar exterior. No obstante estar más allá de las órbitas de todos los planetas, las sondas siguen dentro del límite del campo magnético del Sol, llamado heliosfera.
La heliosfera resulta de la emisión
de un flujo constante de partículas cargadas eléctricamente
que provienen del Sol y que son llamadas el viento solar.
A medida que el viento solar se
expande supersónicamente en el espacio en todas las direcciones,
crea una burbuja magnetizada (la heliosfera) alrededor del Sol. Finalmente,
el viento solar se topa con las partículas cargadas eléctricamente
y con el campo magnético en el gas interestelar. En esta zona,
el viento solar pasa bruscamente de la velocidad supersónica a la
subsónica y crea un "termination shock" (ruido como de explosión
que generan los aviones al pasar de la velocidad supersónica a la
subsónica). Antes de ir más allá de la "heliopausa"
al espacio interestelar, las sondas pasan por el "termination shock."
Los datos provenientes del Voyager indican que es posible que pasen por el "termination shock" en los próximos tres a cinco años; si ése es el caso, se espera que dentro de 10 años las naves estén muy próximas a penetrar por primera vez la propia "heliopausa", e ingresar al espacio interestelar.
La llegada al "termination shock" y a la "heliopausa" va a ser un acontecimiento importante para la misión, pues ninguna sonda espacial ha estado allí anteriormente. El Viajero va a reunir la primera evidencia directa de la estructura del "termination shock" y de la "heliopausa."; este encuentro ha sido una meta que muchos físicos espaciales han anhelado durante mucho tiempo, pues la ubicación exacta de estos dos límites y cómo son sigue siendo un misterio.
Los datos científicos son enviados a la Tierra a antenas que miden 34 metros y pertenecen a la Red Interestelar, ubicadas en el estado de Califomia, Estados Unidos; en Australia y en España.
Ambas sondas tienen la electricidad y el propulsor de control de orientación suficientes para seguir funcionando hasta cerca del año 2020, cuando la energía eléctrica que producen los generadores termoeléctricos radioisotópicos ya no soporten el funcionamiento de los instrumentos científicos. Para ese entonces, el Voyager 1 estará casi 150 veces más lejos del Sol que de la Tierra, es decir, a más de 20 billones de kilómetros de distancia.
El Laboratorio de Propulsión por Reacción de Pasadena, Califomia, es una división del Instituto de Tecnología de Califomia, y es la entidad encargada de administrar la Misión Interestelar del Voyager para la Oficina de Ciencia del Espacio en Washington, D.C.
Contacto: Rosendo Naranjo, Director de Programas, Ingeniería,Oficina
de Vuelos Espaciales,
NASA, Washington, D.C. e-mail: RNARANJO
@HQ.NASA.GOV
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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