LA CARA OCULTA DE LA TV EDUCATIVA

Dejar de ser el pariente pobre de la televisión comercial y la cenicienta del cuento es la propuesta que se le hace a la televisión educativa.

Foto de rev. Positiva

Para que la televisión educativa no invite sólo al sueño, es necesario que haya una perfecta comunicación entre sus realizadores.

La imagen del profesor repitiendo las tablas de multiplicar y las escenas en las que se pasa de lección en lección es la idea más cercana que se tiene de televisión educativa.

Pero con esto no se ha logrado más que distorsionar el verdadero fin de un recurso audiovisual cuyo propósito primordial es ahondar y enriquecer los procesos humanos, tanto culturales como educativos.

Hay que dejar de pensar que la televisión educativa va a enseñar a leer y a escribir a la gente y por ende, va a sacar a los pueblos del analfabetismo. Con esta idea lo único que se logra es que los televidentes apaguen los aparatos.

La televisión educativa no debería ser un nicho del que sólo se apropian y sacan provecho unos pocos, cuando lo que debería es inspirar a la televisión comercial, ser un instrumento noble al servicio personal y social.

"Educar para la salud, la ecología, la cultura, los procesos democráticos utilizando el recurso audiovisual son las opciones a las cuales se debe dirigir esta televisión y no a la clase matemáticas o español con tablero incorporado", dice José Manuel Pérez Tornero, Ph.D en comunicación, consultor de la UNESCO para la reforma de la televisión publica para América Latina.

Estas afirmaciones fueron hechas por el investigador en marco del Segundo Encuentro Nacional de Televisión Educativa, realizado en Cali, Colombia.

El que no oye consejos...


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La televisión educativa ofrece la posibilidad de transmitir conocimientos, cultura, ecología, salud y procesos democráticos entre otros, como forma de educación y diversión.

Aunque el investigador señala a Colombia como un ejemplo por constancia y tenacidad en el campo de la televisión educativa, dice que hay mucho por hacer para desvanecer la idea que se tiene de ésta y ofrecer la imagen real, la de una televisión como opción de comunicación ciudadana, más tolerante y sensible.

"Hay que convertirse en la voz crítica de la televisión comercial, ganarle terreno político, social y comunitario; en últimas no seguir siendo los parientes pobres de las otras televisiones", afirma Pérez Tornero.

Pero para esto es necesario que haya una buena relación entre comunicadores y educadores, algo así como un matrimonio feliz en el cual cada uno desde su óptica proponga un proyecto social y creativo que transforme a la ciudadanía.

Para hacer televisión educativa hay que empezar porque exista una verdadera comunicación entre el investigador o la fuente y el periodista, pues de esta manera se podrán realizar programas educativos completos y agradables para el espectador.

Es así como el periodista debe trabajar sin premura y su reto será el de ilustrar su producto de manera atractiva.

"La clave para realizar un programa educativo es partir del significado de la palabra ilustrar que es dar luz al entendimiento, y una de los géneros audiovisuales que más se presta para esto es el documental", expresa Manuel Martínez, docente en comunicación de la Universidad Autónoma de México, UNAM.

Contacto: José Pérez Tornero. Televisión Educativa Iberoamericana, Universidad de Barcelona, España. TELEFAX 343 5812005.

Manuel Martínez. Email: trujillo@servidor.unam.mx Teléfono 7043700- 7891652. Telefax 7891652. Ciudad de México.


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