RANAS DE COLECCIÓN
Las ranas de la familia Dendrobatidae, con un tamaño entre 1 y 5 centímetros y la facultad de segregar en su piel  uno de los tóxicos mas peligrosos entre los animales, se han convertido en exóticos elementos de colección para europeos y norteamericanos.

AGENCIA AUPEC 3 de agosto de 1998.

El alto esfuerzo reproductivo de las ranas de la Familia Dendrobatidae  y la presión que existe sobre ella por cacería,  para ser llevada ilegalmente a los mercados de Europa y Estados Unidos, está poniendo en riesgo estas poblaciones. “Un comerciante puede  colectar entre 200 a 500 animales, en una misma localidad, y esto representa una cantidad importante en poblaciones tan localizadas” , explica Fernando Castro, Director del Laboratorio de Herpetología de la Universidad del Valle, Cali, Colombia.
 
Las ranas de la familia Dendrobatide, conocidas como “ranas nodrizas”, habitan  a lo largo de Centro y  Suramérica, pueden medir de 1 a 5 centímetros y tienen el color de su piel  amarillo, naranja, rojo o azul , pero lo más destacable de estos animales es la facultad  de poseer uno de los tóxicos mas peligrosos.

La rana segrega el veneno cuando se encuentra en peligro o en  cautiverio, a través de unas glándulas microscópicas presentes en su piel. En el menor de los casos, la sustancia  puede producir desde adormecimiento hasta la muerte de los depredadores; una pequeña dosis de 0.01 microgramos de veneno mata un ratón en 8 minutos.

La estrategia reproductiva de esta especie no es menos interesante; su comportamiento implica el cuidado parental de sus crías, por un timepo limitado. Esto le permite a la especie aumentar la oportunidad de supervivencia de las crías.

Desde el momento en que ocurre la fecundación y por espacio de algunas horas o hasta poco más de una semana, los padres  se encargan de la atención de los huevos y el  transporte de las larvas,  llevándolos en el dorso,  así como de la alimentación.

En la reproducción, el macho tiene un alto gasto energético, marcando el territorio y llamando a las  hembras con prolongados cantos. Durante el acto copulatorio el macho sujeta firmemente a la hembra, a manera de abrazo, tomándola de la cabeza por la parte de las mejillas; esta posición le permite asegurar la fecundación de los huevos que va liberando la hembra.

Una vez los huevos eclosionan, el macho o la hembra transportan los renacuajos en su dorso a un sitio seguro, generalmente los ubica en bromelias, plantas que se encuentran en  la parte alta de los arboles y  retienen agua entre sus hojas. Los renacuajos permanecen entonces allí hasta llegar a la etapa juvenil. La hembra  alimenta los  renacuajos depositando en cada bromelia un huevo  no fecundado que les proporciona proteínas  y carbohidratos.

Todo este comportamiento reproductivo señala que estas especies realizan un gran esfuerzo para garantizar la  supervivencia de las crías; igualmente, el número bajo de huevos que pone la hembra y el transporte de las larvas hasta las bromelias representa riesgos de superviviencia para los adultos.

El auge de la cacería de estas ranas, entre los acuaristas euopeos y  norteamericanos que tienen como “hoobie” su colección y cría, las está poniendo en peligro de extinción, pues el nivel de extracción de la población comparado con el esfuerzo reproductivo tan alto no le deja muchas opciones de supervivencia a estas especies.


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