Por “mala agua”

ADEMÁS DE POBRE, ENFERMO

El saneamiento del agua, en los países en vía de desarrollo, debe ser una prioridad dentro de los programas de gobierno, si se quiere mejorar la salud pública y disminuir las pérdidas económicas.

Foto de Rev. Positiva

En 1979, el ausentismo laboral por enfermedades relacionadas con el agua en Africa, Asia y América Latina, sumó entre 360 y 400 mil millones de días hábiles.

AGENCIA AUPEC. 10-06-1998

La deficiencia en la prestación de los servicios domiciliarios de abastecimiento de agua potable, saneamiento y  tratamiento de aguas residuales, produce anualmente  no sólo millones de personas enfermas sino también, ingentes pérdidas económicas. Esto se debe a que la producción de  los países disminuye sensiblemente por el elevado número de días hábiles que dejan de trabajar los empleados, incapacitados por infecciones contraídas por  el agua.

La salud de los pobres se ve afectada en primera instancia por la mala nutrición, pero en segundo lugar por condiciones deficientes de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene personal y doméstica. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, en 1980 el 80% de la morbilidad en los países en desarrollo se debió, a la deficiencia en la prestación de estos servicios.

De acuerdo a los  datos de los investigadores Pearce y Warford, publicados en 1993 por  la Universidad de Oxford, en 1979 se perdieron en Africa, Asia y América Latina entre 360 y 400 mil millones de días hábiles por causa de enfermedades  relacionadas con el agua y el mal manejo de excretas, explicó David Duncan Mara, catedrático de la Universidad de Leeds en Inglaterra; invitado a la Conferencia Internacional del Evento Agua 98.

Si se le asigna a esos días de trabajo, un costo de 50 centavos de dólar, significaría que los tres continentes perdieron entre 180 y 200 mil millones de dólares, ese año, lo cual demuestra que las economías de los países en desarrollo, se afectan seriamente, debido a las inadecuadas inversiones en agua, saneamiento e higiene.

Cifras más recientes, de 1990, muestran que en países en desarrollo, la mala nutrición fue responsable del 18% de todas las incapacidades sufridas en los años de vida. Así mismo, la deficiente calidad en los servicios de agua, saneamiento y aspectos relacionados con la higiene , fueron responsables del  8% de todas las incapacidades sufridas.

Si bien no se cuenta con datos actualizados sobre las implicaciones económicas ocasionadas por el ausentismo laboral , las cifras del año 1979, muestran una problemática grave que hoy día puede haberse incrementado, teniendo en cuenta que la implementación de servicios agua, saneamiento y salud no ha sido proporcional al crecimiento de la población.


Foto de PNUD - Programa de Agua y Saneamiento del Banco Mundial

Mil millones de personas en el mundo carecen de agua potable, lo que genera condiciones de insalubridad en la población.

Prioridad de los gobiernos

Teniendo en cuenta las consecuencias en la salud y en la economía, que produce el mal manejo del agua, los especialistas en salud pública de todo el mundo creen  que para mejorar la salud de la población pobre, en los países en desarrollo, hace falta mejorar el abastecimiento de agua, saneamiento y  tratamiento de aguas residuales.

Para esto es importante persuadir a los gobiernos, a los donantes bilaterales y multilaterales, a los organismos no gubernamentales internacionales  y nacionales de invertir en el mejoramiento de los sistemas de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene pues pese todas las acciones y conversaciones adelantadas en la Década del Agua Potable y el Saneamiento (1981-1990) y  en la actual, designada como la del Agua Potable para Todos Año 2000 (1991-2000), las cifras aún son alarmantes.

Pero para asegurar el éxito de las iniciativas que se emprendan para mejorar los servicios del sector del agua, es necesario elegir las tecnologías apropiadas a las particularidades de los países en vía de desarrollo, pues las tecnologías convencionales no son factibles en todas las regiones ya que la población no puede darse el lujo de pagarlas.

“La educación, el cambio cultural, es muy importante también pues la gente no está dispuesta a pagar por lo que no ha pedido y si por ejemplo, no entiende la importancia de invertir en tecnologías para el tratamiento de las aguas residuales, obviamente no va a querer pagarlas”, dice David Duncan Mara.

La participación del sector privado, debe ser estudiada para garantizar que esté lo suficientemente regulada y no explote a la población  pobre,  apuntando solamente hacia los intereses económicos.

De otro lado, el conocimiento que se imparte a los profesionales debe ir más allá de las tecnologías, para conocer acerca de la salud pública, la microbiología sanitaria y las condiciones socioculturales y económicas de la población con la cual  van a trabajar.
 
“Así mismo, es importante enseñarle a los estudiantes de ingeniería de los países en desarrollo, sobre sistemas no convencionales  de saneamiento, porque por lo general son ignorados, privilegiando la enseñanza sobre tecnologías aplicadas en Estados Unidos y Europa”, explica Duncan Mara.

Mientras se debate el tema del agua en foros y en la academia, mil millones de personas no cuentan con agua potable, dos mil millones, no poseen saneamiento seguro y cuatro mil millones, carecen de tratamiento de aguas residuales. Todas estas personas están a la espera de soluciones para estos problemas.
 
Contacto: David Duncan Mara, Catedrático de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Leeds, Inglaterra. E-mail: d.d.mara@leeds.ac.uk


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