Las Iglesias:

ENTRE LA TRADICIÓN Y EL OLVIDO

La mejor forma de evidenciar cómo han evolucionado las tecnologías en el tiempo es a través de las iglesias. Se puede decir que ellas son las pioneras a nivel de contrucción y de arquitectura.

Foto: Ramiro Bonilla y Ricardo Hincapié

Iglesia de San Nicolás, Cali, Colombia


Adriana María Ochoa O.
AGENCIA AUPEC. 16-06-1998

Definitivamente existen muchas clases de iglesias. Las hay monumentales y pequeñas; ostentosas y sencillas; oscuras y luminosas; cargadas de historia y modernas. Pero lo cierto es que cada vez que oímos esta palabra se nos viene a la mente imagénes de sacerdotes, campanas, incienso, altares, misas, velas encendidas, estatuas y recuadros de santos o pasajes de la biblia y oraciones.

Pero desde el punto de vista arquitectónico, las iglesias se consideran uno de los elementos más importantes de las memorias de las ciudades desde su fundación, al igual que las plazas que comunmente las circundan.

Sin embargo, muchas de estas edificaciones libran una lucha permanente y desigual contra el olvido y el abandono.

Esta situación llevó a los arquitectos de la Universidad del Valle, Ricardo Hincapié, Magíster en restauración de monumentos, de la Universidad de Roma, y Ramiro Bonilla, Magíster en planificación urbana, de la Universidad de Puerto Rico, a poner en marcha un proyecto de investigación que se propone estudiar  cómo las iglesias del Valle del Cauca han evolucionado a lo largo del tiempo  y las tansformaciones sufridas por su entorno

Con respecto a este punto, los investigadores aseguran que la situación es diferente en cada lugar. Por ejemplo, en ciertas poblaciones la iglesia ha logrado mantener su importancia y el entorno urbano hace juego con ella.

En otras partes, sin embargo, la iglesia aparece como una edificación sola y aislada en medio de toda esa transformación urbanística.

A través del estudio los investigadores evidenciaron las transformaciones que han sufrido los templos, en su estructura fisica, a través del tiempo.


Foto: Ramiro Bonilla y Ricardo Hincapié

Catedral de Caloto, Cauca, Colombia

En este sentido, se han encontrado casos muy disímiles entre sí. Por ejemplo, la iglesia de Santa Rosa, en Cali, es la tercera que se construye en ese lugar, pues anteriormente existieron otras dos que fueron destruidas casi totalmente por sismos que sacudieron la ciudad.

Otras, por su parte, se han mantenido intactas, ignorando el paso de los años, como la de San Antonio, una de las más tradicionales en la capital vallecaucana.

Algunas han manifestado transformaciones impresionantes, como la de Santo Domingo, en Buga, la cual es en realidad  una iglesia metida dentro de otra.

"Toda esta información nos permite tener una idea más acertada del estado en que se encuentran estas edificaciones y determinar qué tipos de intervenciones necesitan para su preservación", afirma el arquitecto Ramiro Bonilla

Para este estudio, los investigadores visitaron cerca de 42 iglesias de 19 poblaciones del Departamento del Valle del Cauca.

A cada templo se le abrió una ficha técnica en la que consta su localización, su situación arquitectónica actual, sus características de construcción, las transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo y las restauraciones o intervenciones que se le han hecho.

Además, se levanta un plano arquitectónico de la iglesia, tanto de su interior como del exterior.

Esta información gráfica permite comparar una iglesia con otras, estableciendo similitudes y diferencias que son las que les permiten lograr su identificación.

Una sabiduría generacional


Foto: Ramiro Bonilla y Ricardo Hincapié

Catedral de Sevilla, Valle del Cauca, Colombia

Según los investigadores Bonilla e Hincapié, las iglesias resumen y condensan todo el saber técnico de un momento determinado de la historia, aplicado en su construcción.

De alguna manera, la gente que trabajaba en la construcción de la iglesia, se apropiaban de ese saber y lo transmitían luego en la ejecución de la arquitectura ordinaria y genérica.

"Las iglesia son las edificaciones donde las tecnologías propias de la época han sido más exigidas y donde alcanzan su grado de evolución y de perfección más alto", dice el arquitecto Ricardo Hincapié.

La mejor forma de evidenciar cómo han evolucionado las tecnologías en el tiempo es a través de las iglesias, por lo que se puede decir que ellas son las pioneras a nivel de contrucción y de arquitectura.

Pero, según los investigadores, este saber tecnológico, colectivo y anónimo es más que el producto de una sistematización de conocimiento técnico,  es una acumulación histórica de experiencias que pasaban de generación en generación, hasta llegar a un dominio completo de determinadas tecnlogías que se conocen como las reglas del arte.

De acuerdo con el arquitecto Bonilla, las disciplinas más relevantes que confluyen en la construcción de las iglesias son la ingeniería civil y la arquitectura. Cuando llega  la tecnología del concreto, a comienzos del siglo XX, aparecen los cálculos estructurales y se destaca más el papel del ingeniero.

En este punto se puede ver que ya no hay tanta influencia de la tradición del pueblo, por el contrario interviene más el gusto del ingeniero, la solicitud directa del párroco o la analogía con alguna iglesia de otro sitio.

Esto se demuestra en el hecho de que mientras las iglesias coloniales y, en menor medida, las  republicanas mantienen uns rasgos estilísticos y unas características constructivas  que las hace fácilmente identificables, no pasa lo mismo con las modernas.

Según los investigadores, estas últimas demuestran una dispersión de  estilo, lenguaje, valores espaciales y constructivos.

Los problemas económicos por los que atraviesa el país, hacen que las iglesias se conviertan en una carga para el Estado, la mayoría de las veces muy difícil de llevar.

De acuerdo con los investigadores Hincapié y Bonilla, a partir de este diagnóstico se pueden hacer recomendaciones y llamar la atención de las autoridades sobre un patrimonio urbano y arquitectónico tan importante como son las iglesias.

Contacto: Arquitectos Ramiro Bonilla y Ricardo Hincapié.
Email: rbonilla@fai.univalle.edu.co


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