Electrodomésticos:

¿ENEMIGOS SILENCIOSOS?

El cuerpo humano  funciona con campos eléctricos y magnéticos pequeños; los campos magnéticos generados por electrodomésticos pueden tener una acción desequilibradora en el organismo.

Foto de La Casa y Oficina Ecológicas

El dormitorio especialmente, es un lugar sensible, ya que pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo.

AGENCIA AUPEC. 23-06-1998

Los televisores, radios, computadores, teléfonos, aparatos en  la cocina y el baño, líneas de alta tensión y muchos otros accesorios de la  vida moderna que hacen parte integral del mundo en que vivimos, crean campos electromagnéticos a los que estamos expuestos.

El cuerpo humano funciona por la acción de corrientes eléctricas muy débiles y de campos magnéticos pequeños; campos naturales o artificiales que superan estas magnitudes pueden ejercer una acción desequilibradora en el organismo, en especial los generados por la electricidad que llega a nuestros domicilios.

El dormitorio especialmente, es un lugar sensible, ya que pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo. El sueño es necesario para la regeneración y recuperación de las fuerzas; durante este momento todas las funciones del cuerpo cambian y se hacen 50 veces más sensibles frente a influencias negativas externas.

Nuestros hogares, equipados con  instalaciones eléctricas  que facilitan la vida diaria, pueden representar peligro para la salud. Por ejemplo ahora se habla del síndrome del “edificio enfermo”,  cuando al menos 20% de sus ocupantes manifiestan algunos de estos síntomas: irritación de los ojos, congestión nasal, problemas respiratorios y alergias entre otros.

Investigaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud OMS demostraron que  el 30% de los edificios europeos causa trastornos de salud y 24% de los trabajadores de oficinas experimentan problemas de calidad de aire en su puesto de trabajo. Según  American Lung Associaton de los Estados Unidos, el 50% de las construcciones británicas sufre el síndrome del edificio enfermo.

Los resultados de investigaciones, a nivel mundial acerca del posible efecto de los campos eléctricos y mágneticos en el cuerpo humano, magnitudes permitidas y tiempos de exposición, son aún contradictorias, declara Héctor Cadavid  director del laboratorio de Alta Tensión  y catedrático de la Universidad del  Valle


Foto de La Casa y Oficina Ecológicas

El cuerpo actúa como una antena receptora que absorbe la tensión eléctrica.

¿Qué son los campos electromagnéticos?

Un campo magnético es la región donde se manifiesta una fuerza  de atracción o repulsión ejercida por corrientes eléctricas e imanes permanentes. El campo magnético natural, es producido por la presencia de minerales ferromagnéticos en la corteza terrestre y está influenciado por la rotación de la tierra, las manchas solares, la radiación cósmica y las tormentas magnéticas.

Los campos magnéticos y eléctricos  artificiales son los creados por el hombre y están presentes en los electrodomésticos, equipos industriales y diversas tecnologías destinadas a producir electricidad. “Estos campos son más nocivos que los naturales o estáticos, investigaciones les atribuyen  problemas cardiovasculares, nerviosos y desórdenes endocrinos”, dice  Gustavo Garzón, arquitecto de la Universidad de los Andes de Bogotá.
 
“Los campos magnéticos se forman tanto en zonas de tensión eléctrica como en las instalaciones eléctricas mismas, ya sea en paredes, techos y suelos cableados y se transmite por paredes y suelos colindantes”, explica el ingeniero Cadavid

Al llegar al cuerpo humano, los  campos electromagnéticos provocan intensidades de radiación que pueden sobrepasar hasta mil veces las corrientes naturales del cuerpo, pues dentro de un campo electromagnético alterno el cuerpo actúa como una antena receptora que absorbe la tensión eléctrica.

 De acuerdo con la  OMS las investigaciones en esta  área son aisladas y sin ninguna coordinación, por lo que se tiene una imagen incompleta de los posibles daños que suponen esos campos; con el fin de coordinar una investigación internacional al respecto la OMS lanzó en 1997 un proyecto por 5 años.
 
Existen si recomendaciones para fabricantes y usuarios de equipos eléctricos que buscan prevenir cualquier influencia nociva para el operario  que se encuentre permanentemente cerca de las instalaciones o equipos eléctricos, explica Héctor Cadavid.

Así por ejemplo se debe tener en cuenta la distancia como principal  parámetro para la disminución del efecto del campo magnético, emplear tubería galvanizada en lugar de PVC para transportar los cables conductores de electricidad y  no concentrarlos en un mismo punto.

Algunas recomendaciones sobre la distancia que se debe tener de estos emetores son:
 

Objeto
Distancia mínima
Objeto
Distancia mínima
Cable protegido 0,5 metros Caja de switches 3 metros
Teléfono, lampara 1 metro Televisor 4 metros
Aparatos de cocina 2 metros Cable  alta tensión 100 metros
Transformador 10 metros Emisor  Frecuencia 1 kilómetro
   
Contacto: Ingeniero Héctor Cadavid. Investigador y profesor de la Universidad del Valle. Laboratorio de Alta Tensión. Teléfono: 923321948. Cali. Colombia.

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