Kwes kiwe,

NUESTRA TIERRA

Los índigenas paeces, de Colombia, realizan un ordenamiento de la naturaleza por capas o estratos, en los cuales se ubican todos los elementos que conforman su mundo.

Foto de Rev. Palmas

La Cosmovisión de cada grupo sociocultural, es decir, la manera como concibe el mundo determina la forma de abordar el conocimiento y el uso y manejo de los recursos de la naturaleza.

AGENCIA AUPEC. 19-06-1998

En êêka, reinan el sol, la luna, las estrellas, el trueno, el arco(iris), el duende, la lluvia, las nubes y otros espíritus. En kwes kiwe habitan los hombres, los animales, las plantas y los mohanos, que son personas que se transforman en animales y acosan sexualmente a hombres y mujeres de acuerdo al sexo del mohan. Los mohanes además, cuidan los cultivos, especialmente durante las cosechas.

En Kiwe d'ihu, viven los espíritus que brotan energías  positivas hacia nuestro mundo y son responsables del nacimiento de las plantas y del agua. También allí están los espíritus de energías negativas, causantes de erosiones y derrumbes.

Estos tres lugares, de acuerdo con la visión de los indígenas paeces, de Tierradentro, Colombia, corresponden a las capas o estratos en los que  se clasifica la naturaleza y ubican todos los elementos que conforman su mundo.

La êêka, es la capa aérea, denominada en español, como "lo que está arriba", el estrato medio es el llamado Kwes kive o "nuestra tierra", correspondiente al espacio donde se desarrolla toda la cotidianidad de los paeces. El kiwe d'ihu o conocido como " lo que está abajo", es el estrato inferior.

Existe además un estrato intermedio entre "lo que está arriba y nuestra tierra", en el que flotan los espíritus de los difuntos.

Esta visión del mundo, fue la que encontraron en los paeces, Ernesto Hernández Bernal y Olga Lucía Sanabria Diago, investigadores del Departamento de Biología de la Universidad del Cauca, interesados en comprender la concepción que tienen estos indígenas de la naturaleza a partir de los vegetales y específicamente de las plantas medicinales, principal recurso terapéutico de la medicina tradicional en estas comunidades.

La región geográfica y cultural de Tierradentro está ubicada al nororiente del departamento del Valle del Cauca, en Colombia y presenta varias zonas climáticas con temperaturas entre los 6 y 18 grados centígrados, lo que permite que se desarrollen diversidad de especies vegetales.


Foto de Rev. Fronteras de la Ciencia y la Tecnología

Según la visión páez del mundo, existe un plano frío y otro caliente. Lo frío está constituido por los lugares sagrados, o con espíritus, las nubes, las montañas altas y el nevado.

La principal actividad económica del Páez es la agricultura, caracterizada por el policultivo a pequeña escala, pues la producción está destinada básicamente al autoconsumo.

El maíz, frijol, trigo, yuca, papa y plátano son sus principales productos. La caña de azúcar, se cultiva extensivamente y con el zumo se prepara el guarapo o chicha, bebida tradicional de la región.

Para estos indígenas, la agricultura está fuertemente ligada con sus creencias, rituales y con las relaciones que establecen  con el entorno.

El botiquín de los Th'walas

El botiquín de los Th'walas no es una pequeña caja de madera, sino una extensión de varias hectáreas de tierra, donde las medicinas sólo se vencen si el sol o la lluvia se esconden y no permiten que las plantas se desarrollen.

Los Th'walas son los médicos tradicionales de los indígenas paeces, encargados de resolver los problemas de salud de estas comunidades, que habitan la región de Tierradentro.

En cuanto a las plantas medicinales, en un estudio anterior, realizado en 1993 por los investigadores Hernández y López de la Universidad del Cauca, se encontró que los paeces las clasifican de acuerdo a los pisos térmicos existentes en la región (frío, páramo y cálido), denominándolas como plantas de aquí, plantas de páramo y plantas de lo caliente.

Según el poder o la fuerza, llaman algunas especies vegetales como plantas bravas, las cuales son empleadas para contrarrestar los maleficios de los médicos malos o brujos.

De acuerdo a las características botánicas, denominan plantas machos a aquellas con mayor altura, colores intensos y que son silvestres y plantas hembras a aquellas con poca altura, colores opacos y que son cultivadas.


Foto de Rev. Tierra Verde

Las fases lunares y las estrellas, consideradas frescas, se tienen en cuenta para realizar las labores de casi todos los cultivos.

De la misma manera como clasifican las plantas en frías y calientes, clasifican espacios y elementos naturales, bajo estos mismos conceptos.

Por ejemplo, consideran frío, lo no cultivado y lo no humanizado, los lugares sagrados o con espíritus. Las montañas altas, el nevado, la llovizna de páramo y las nubes, constituyen "lo frío". En cambio, la parte cultivada se considera humanizada y caliente, siendo conformada por los cultivos, las huertas y las  viviendas.

Las estrellas, la luna y el sol

Los fenómenos de la naturaleza como las fases de la luna y el sol, y los relacionados con las nubes como la lluvia, la llovizna, el aguacero, el granizo y el arco iris, son para los paeces, anunciadores o referentes de los ciclos, periodos agrícolas y de recolección de las plantas.

Las fases lunares y las estrellas, consideradas frescas, se tienen en cuenta para realizar las labores de casi todos los cultivos, para la recolección de las plantas medicinales y el control de plagas. Los truenos, rayos y el arco iris, también significan señales preventivas o de anuncios para la comunidad que solamente "ve" e interpreta el médico indígena o Th'wala.

Al páramo y a las montañas altas, los indígenas "piden permiso" para cultivar y hacia ese lugar dirigen sus " soplos" los Th'walas durante las "limpiezas" o curaciones, porque son lugares sagrados de donde bajó Juan Tama de la Estrella, mítico líder indígena entre los paeces.

Esta aproximación a la cosmovisión de la comunidad Páez, demuestra la importancia de las creencias y rituales de un grupo cultural, para establecer su relación con los espacios, con el entorno y entre los miembros de las comunidades.
 
Fuente: Revista CESPEDESIA. Volumen 21. Número 67.


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