Un proyecto de investigación emprendido por científicos de Colombia y Francia permitirán medir el comportamiento de sustancias activas, presentes en algunas plantas, que pueden ser armas eficaces en la lucha contra la leishmaniosis.
Foto de Guía Médica Familiar |
La lepra y la leishmaniosis, ¿Un “castigo de Dios”? |
Los textos bíblicos y la historia en general nos hablan de los “impuros”, aquellos hombres y mujeres que había sentido en carne propia el “castigo de Dios” y ahora veían como ésta se desprendía poco a poco de su cuerpo, ocasionando una terrible deformidad física. Estos eran los casos típicos de lepra.
En la actualidad, particularmente en los países tropicales, existe una enfermedad muy similar a la lepra. Se trata de la leishmaniosis, una infección que ataca a 12 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
La leishmaniosis es producida por un parásito del género Leishmania, transmitido por la picadura de un pequeño insecto llamado Lutzomyia, en América.
Esta enfermedad tiene una amplia variedad de manifestaciones clínicas. En Colombia se presentan las formas cutánea, caracterizada por la aparición de úlceras en la piel; la mucocutánea que ataca las mucosas nasales y bucales; y la visceral, la más grave de todas pues ataca los órganos internos de las personas como la médula ósea, el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos.
De acuerdo con los organismos de salud del país, cada año se reporta, en promedio, 10 mil nuevos casos de leishmaniosis. Esto se puede explicar por el flujo de la población desde y hacia zonas endémicas, ya sea por razones económicas, de violencia o por turismo.
De igual manera, el alto costo de los medicamentos hace que, en muchas ocasiones, el paciente no esté en la capacidad económica para adquirirlos, si se toma en cuenta que las regiones apartadas del país son las más afectadas.
Foto de J. M. Reyero |
Los indígenas son muy propensos a manifestar la leishmaniosis, pues habitan en zonas boscosas. |
Desde hace algunos años, investigadores del Grupo de Fitoquímica, de la Facultad de Ciencias, de la Universidad del Valle y el Instituto Francés de Investigaciones Científicas, ORSTOM, buscan en la biodiversidad colombiana plantas con sustancias activas que pueden emplearse en la lucha contra la leishmaniasis.
Sin embargo, los ensayos biológicos que permiten identificar estas sustancias se realizaban en el Instituto Boliviano de Biología, donde trabajan científicos de la ORSTOM y que cuenta con el equipo científico apropiado para realizar estas pruebas.
Pero ahora estos análisis podrán ser ejecutados en Colombia, de una manera más sistemática y constante que como hasta ahora se ha hecho, a través de un proyecto apoyado por Colciencias y que se llama “Quimioterapia de la Leshmaniasis. Búsqueda de sustancias naturales semisintéticas para la Leshmaniasis”, en el que intervienen investigadores de ORSTOM y las Universidades del Valle, Antioquia e Industrial de Santander.
De acuerdo con el investigador francés Bernard Weniger, representante en Colombia de ORSTOM, realizar estas pruebas en el país permitirá medir la biodisponibilidad de la sustancia activa presente en las plantas estudiadas. Esto quiere decir que una molécula puede tener una muy buena actividad in vitro o en el laboratorio, pero no ocurre lo mismo cuando se prueba in vivo.
Por eso, muchas veces los científicos modifican la molécula de base que mostró actividad en el laboratorio, cambiando algunos de los grupos químicos que la conforman, para mejorar su disponibilidad en el organismo y disminuir la toxicidad que pudiera presentar.
De igual manera, se podrá trabajar con las dos formas que, desde el punto de vista anatómico, presenta el parásito causante de la leshmaniasis. “El microorganismo tiene características físicas muy diferentes cuando está en el vector, o insecto transmisor, y luego cuando pasa al ser humano”, afirma el investigador Weniger.
Foto de Rev. Discover |
La efectividad de las sustancias obtenidas en el laboratorio se prueban in vivo con ratones infectados. |
En los ensayos in vitro lo que se cultiva, en general, es el parásito que se encuentra en el vector, o sea la forma promastigote, mucho más fácil de cultivar que la forma amastigote, presente en el hombre.
Según los investigadores, los ensayos in vitro son baratos, fáciles de hacer y dan muy buenas pistas; pero también es necesario hacer verificaciones in vivo. Éstas últimas se hacen con ratones infectados; después de inocularles la sustancia activa extraída de las plantas, se verifica la ausencia de parásitos en la sangre y si hay una baja de mortalidad en el grupo que sirve de muestra.
De acuerdo con el químico Raúl Aragón Dávalos, director del Grupo de Fitoquímica de la Universidad del Valle, de mil productos sintetizados sólo uno llega al mercado, pues el protocolo que se sigue en este tipo de investigaciones es muy complicado.
Se puede decir que desde el momento en que se obtiene un producto por síntesis en el laboratorio, hasta que llega al mercado pueden transcurrir 10 años, pues tuvo que haber pasado por los ensayos in vitro, los ensayos in vivo, los exámenes de toxicidad, verificación de efectos secundarios, ensayos clínicos, la patentización y la autorización de mercadeo.
En este tipo de investigación nunca hay la seguridad de que el producto va a salir al mercado. Pero aunque no suceda así la experiencia obtenida puede servir como información a otros grupos que deseen hacer la síntesis de una sustancia parecida.
Los investigadores concuerdan en afirmar
que la lucha contra la leishmaniasis todavía es muy larga, pero
este tipo de estudios que se están realizando constituyen una gran
ayuda en el control y posible erradicación de una enfermedad que
cobra miles de vidas en Colombia y en el mundo.
Contactos: Investigadores Rául Aragón
Dávalos. Email: raularan@quimica.univalle.edu.co
Bernard Weniger. Email: weniger@calipso.com.co
y weninger@quimica.univalle.du.co
Departamento de química. Universidad del Valle
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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