Las imágenes digitalizadas enviadas a diario por los satélites artificiales que circundan la Tierra, brindan información valiosa a los científicos.
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Gracias a los avances de las ciencias de la computación y la Electrónica, los científicos tienen acceso a información más oportuna y detallada acerca de lo que pasa en la Tierra. |
Imagine
esta situación:
Usted necesita encontrar
urgentemente la dirección de uno de los proveedores de repuestos
de su negocio, pero sólo cuenta con su número de teléfono
y allí no contesta nadie. ¿Qué hacer?
Frente a este problema se le presentan dos posibles soluciones: La primera es leer un enorme listado de números telefónicos, ordenado por calles; aunque efectiva, de seguro esta metodología implica invertir mucho tiempo en la búsqueda y, de seguro, usted terminará con un remolino de números y nombres en la cabeza.
Su segunda alternativa consiste en ver, en su computador, un mapa de la ciudad, donde los teléfonos de los numerosos almacenes de repuestos se encuentran reflejados como símbolos de diferentes formas y colores.
Esto le permite seleccionar rápidamente el más cercano a usted. Al apuntar con el ratón sobre el símbolo, aparece una pantalla de información que contiene todos los datos que necesita saber sobre dicho almacén.
Cuál decisión tomará usted? La respuesta es casi obvia: la que le brinda los Sistemas de Información Geográfica, SIG, o más propiamente dicho la geomática.
Geomática?
De acuerdo con el matemático chileno Alfonso Condal, M.Sc en Geofísica de la Universidad de Alaska, Estados Unidos, la geomática reúne un conjunto de disciplinas, como la cartografía, la teledetección y la fotometría, entre otras, que estudian la Tierra desde grandes distancias, a través de sensores remotos instalados en aviones y, más recientemente, satélites artificiales.
De esta manera, los geocientíficos tienen la oportunidad de acceder a grandes volúmenes de información sobre suelos, aguas, vegetación y áreas urbanas.
Esta información puede ser almacenada, desplegada en pantallas, procesada, analizada, transformada, incorporada a los SIG y editada gracias a los equipos especializados para ello.
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Lo que empezó hace más de 30 años como una misión militar, ahora tiene otros objetivos. Numerosos satélites artificiales envían información a investigadores de todo el mundo, pero esta vez con fines científicos. |
Esta combinación permite trabajar con datos en su verdadero contexto espacial, proporcionando, de forma rápida, información con alto impacto visual y gran capacidad de síntesis informativa.
Otra tecnología que ha contribuido a la aparición de información geográfica en formato digital son los Sistemas de Posicionamiento Global, los cuales están basados en las señales enviadas por los satélites artificiales que circundan la Tierra.
Según el investigador Condal, las imágenes digitalizadas que a diario envían estos aparatos pueden ser utilizadas en muchas aplicaciones, entre las que se encuentran la actualización de mapas, supervisión de plagas en grandes cultivos, planificación de talas y reforestación de bosques, evaluación de dispersión de contaminantes, estudio de erupciones volcánicas, administración de recursos naturales y geología.
Estas imagenes le ofrecen al investigador mucho más información que la proporcionada por una fotografía común, pues detalla elementos que pasan desapercibidos al ojo humano.
Una tecnología mundial
El envío de señales por satélites comenzó en los años 60, cuando la Unión Soviética colocó en órbita terrestre el primer satélite artificial. Después, en la década de los 70, vinieron los primeros satélites comerciales enviados por Estados Unidos.
Al principio el objetivo de estas misiones eran, más que todo, de índole militar. Más adelante se incursionó en otros campos científicos.
Actualmente, los países que trabajan con este tipo de tecnología son Estados Unidos, la Comunidad Económica Europea, Rusia, India y Japón, entre otros
Según el investigador Condal, por los lados de Latinoamérica, Brasil es el país que más adelantos presenta en este tipo de estudios y que está en capacidad de enviar un satélite con fines comerciales.
"Los países latinoamericanos deben unirse, como lo hicieron los europeos, y lanzar un satélite común para todos. Es casi que imposible que cada uno trabaje por su cuenta en este sentido, pues es un proceso muy caro que requiere de tecnología de punta y un personal calificado", afirma Condal.
Sin embargo, no deja de ser fascinante la idea de que allá arriba, en el espacio, hay muchos ojos que vigilan cada paso que da la Tierra.
Contacto : Investigador Alfonso Condal. Université
Laval, Canadá.
Email: Alfonso.Condal@scg.ulaval.ca
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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