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GERMINAN FLORES VERDES

Con un programa compuesto por siete estrategias, Asocolflores involucra la floricultura dentro de los parámetros del desarrollo sostenible
Más de 2 mil 760 millones de pesos invertirá la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, Asocolflores, en un programa a mediano y largo plazo que involucra a la floricultura dentro del desarrollo sostenible.

La iniciativa está compuesta por siete estrategias que buscan involucrar la actividad dentro de los parámetros del desarrollo sostenible, que va desde el bienestar de los trabajadores, pasa por la implementación de controles para racionar la utilización de los recursos naturales, hasta el aumento de la rentabilidad económica.

Flor Verde es el programa de la asociación, con el cual este sector hará su ingreso definitivo en la era eco-ambiental.

Juan Carlos Isaza, subgerente de asuntos ambientales, dice que el programa ambiental no es un sello ecológico, sino un instrumento que tienen los productores para el mejoramiento de su gestión ambiental.

La primera estrategia de Flor Verde es la capacitación del recurso humano a todo nivel, la cual ya está culminada en un 90 por ciento y ha contado con el apoyo del Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible, Cecodes.

La capacitación que se imparte a gerentes, profesionales y técnicos, gira en torno a la sensibilización en temas ambientales y en aspectos como la ecoeficiencia. Además, se está trabajando con la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en una maestría en horticultura y floricultura, para formar profesionales específicos en esta actividad.

La investigación, en el mediano y largo plazo, para transformar el sistema de producción en uno más amigable con el medio ambiente, es otra de las estrategias a seguir. Aquí se pretende modificar la cultura de utilización de plaguicidas para llegar a los controles biológicos, físicos, culturales y genéticos de las plagas.

La tercera herramienta del programa se refiere a los proyectos ambientales, los cuales estudiarán mecanismos para optimizar el aprovechamiento de los recursos naturales y la forma de reducir y contrarrestar los impactos negativos sobre los mismos.

Las dos anteriores estrategias tiene un costo de mil 500 millones de pesos, que se invertirán en la realización de más de 20 proyectos de investigación con la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la Corporación de Investigaciones de Medellín y la Sociedad Americana de Floricultores.

Para aumentar el nivel de vida de los trabajadores del sector floricultor, Flor Verde comprende también proyectos en materia de seguridad social, los cuales están dirigidos a afianzar los programas de guarderías, nutrición, subsidios de vivienda y recreación. Flor Verde involucrará a los 220 asociados de la asociación, quienes se vincularán a la iniciativa, tan pronto termine la fase experimental con las 28 empresas.

Con respecto a lo anterior, el subgerente de asuntos ambientales, afirma que ya está en marcha la iniciativa para la construcción del Parque de las Flores en Madrid, Cundinamarca, el cual tiene un costo aproximado de mil millones de pesos y para el cual la asociación aportó 300 millones. En general esta estrategia tiene un valor de 800 millones de pesos, aparte del valor del centro recreativo.

Otra estrategia es el acuerdo de producción limpia que la entidad firmará con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR. Al respecto Isaza dice que "es fundamental porque establecerá una relación distinta con la autoridades ambientales, de coordinación y de compromiso con la conservación de los recursos naturales".

Los floricultores del oriente antioqueño, en donde se concentra el 9 por ciento de los productores de flores del país, ya firmaron un convenio en este sentido con la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare, Cornare.

La sexta herramienta del programa consiste en la autorregulación a través de un código de conducta interno, el cual especifica las normas ambientales de la floricultura y las optimiza para lograr una aplicación rigurosa de la normatividad.

La última estrategia, es la conformación de un grupo piloto de investigación para conocer en el terreno, información sectorial en cuanto a salud ocupacional, fertilización, área laboral, riego, agua, plaguicidas y consumo de energía, entre otros aspectos.

La idea es analizar los diferentes aspectos que intervienen en el desarrollo de la actividad, hacer un diagnóstico de cada empresa y formular un plan de mejoramiento individual, que a la vez sirva para el sector en general. Juan Carlos Isaza afirma, que la conciencia ambiental del sector floricultor ha evolucionado y precisamente para asegurar el cambio se diseñó el proyecto. Además, porque no solo es cuestión de recursos naturales, sino exigencias de mercados internacionales y de competitividad con los cuales Colombia se tiene que poner a tono, puntualizó.



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