Profesionales de la salud de la ciudad de Cali, Colombia, investigarán los factores por los cuales las menores de 19 años no previenen el embarazo¿Es la maternidad el único futuro para las jóvenes de estratos socioeconómicos bajos?. Esta es la pregunta que se hacen profesionales de servicios de salud de Cali, Colombia, al observar cómo cada vez más se incrementa el número de embarazos de menores de 19 años.
El Núcleo de Atención Primaria, NAP, de la comuna 20 de Cali, registró que de las 974 mujeres inscritas en control prenatal entre enero y agosto de 1996, 385 eran menores de 19 años, es decir un 39.5%. La comuna 20 es una zona de ladera de estrato bajo, donde la población adolescente es considerada como de alto riesgo en lo relacionado con problemáticas como la violencia, el embarazo, disfunciones emocionales, falta de empleo y otros factores.
En 1995 el 34% del total de pruebas de embarazo reportadas en esa zona, fueron tomadas a menores de 19 años. Estas cifras son alarmantes, según la médica, magister en Administración de Salud, Elizabeth Castillo, directora del NAP, considerando que sólo el 75% de embarazadas que solicitan atención de parto en este servicio de salud, han sido beneficiarias del control prenatal, por lo que la información disponible no corresponde a la totalidad del sector.
El problema de la sexualidad temprana que lleva a embarazos indeseados, es de índole mundial. Según datos del Consejo Informativo y Educativo de los Estados Unidos, sobre Sexualidad, Siecus, las tasas de la actividad sexual entre los adolescentes se han incrementado en los últimos 30 años. Mientras entre 1962 y 1970 las tasas de actividad sexual de las mujeres menores de 18 años eran de 30 a 35%, hoy, la proporción de mujeres que a esta edad han tenido relaciones sexuales por lo menos una vez, es de 56%.
Tomando en cuenta estos datos, los diversos profesionales del NAP, con la participación de otras instituciones del país, llevarán a cabo una investigación, para establecer los factores por los cuales las menores de 19 años no previenen el embarazo y así diseñar un nuevo programa educativo y preventivo que pueda ser aplicado en otras regiones que presenten características similares en la población.
Lo que se pretende, según la psicóloga Diana María Castrillón, es realizar estudios participativos con las jóvenes de estos barrios, y tratar de crear nuevos y más efectivos programas de prevención de embarazos, probablemente centrados en el manejo de la sexualidad y con enfoques diferentes a los tradicionales programas de planificación.
En Estados Unidos y algunas naciones de Europa, los programas de prevención de embarazos para adolescentes se centran en la prohibición del sexo. Las campañas van desde agresivos mensajes de abstinencia, hasta lemas como "¡nada más dí NO!", que según las investigaciones, han sido ineficaces. Ante esto, sólo tres estudios sobre los programas de sólo abstinencia se han publicado, pero no encontraron repercusión alguna sobre la iniciación del sexo entre adolescentes, según el Siecus.
La alternativa que presenta el estudio que se realizará en Cali, es incluir las opiniones de las mismas jóvenes ante el problema y detectar dentro de su propia cotidianidad, lo que las lleva a tener sexo poco seguro y a incrementar los riesgos de embarazo.
El problema también puede ser causado por la existencia de prototipos de vida distorsionados entre estas jóvenes, falta de valores humanos, valoración de la relación sexual como la única forma de manifestar afecto y baja comunicación con sus familias. El estudio estará coordinado por el NAP 20; la fundación Solidaridad por Colombia; el Proyecto UNI, en el que participan la Facultad de Salud de la Universidad del Valle, la Secretaría de Salud Pública Municipal y las comunidades de las comunas 3, 7 y 20 de Cali; los grupos juveniles del sector y un equipo multidisciplinario del centro de salud, conformado por psicólogos, trabajadores sociales, educadores en salud, médicos y auxiliares de enfermería.
"La reducción de embarazos en estas jóvenes tiene que ser una prioridad, ya que es un problema no sólo para ellas, sino para la comunidad, pues en ellas se disminuye la capacidad para estudiar y capacitarse, se incrementa el rechazo familiar, las conducen a abortos poco seguros y a la generación de conflictos emocionales que afectan su bienestar", explica la psicóloga Castrillón.
Los investigadores aseguran que conociendo con certeza los factores que hacen que estas jóvenes no prevengan los embarazos, se podrán diseñar y aplicar estrategias educativas y preventivas de mayor efectividad entre esta población, acordes con el perfil epidemiológico de riesgos y con la cultura y formas de comunicación.
Contacto: Investigadora Diana María Castrillón, uni-cali@sinsa.univalle.edu.co
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co