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UNA PLAGA COLOR DE HORMIGA

En ocasiones el remedio resulta peor que la enfermedad. Tal es el caso de la historia de las Hormigas Locas, introducidas a Colombia, desde la amazonía brasileña, hace 20 años
Desesperados los agricultores ante los daños ocasionados por las hormigas arrieras optaron, hace ya dos décadas, por una solución bélica: organizaron verdaderos ejércitos de Hormigas Locas, (Paratrechin fulva), para que las destruyeran. Al menos esa era la expectativa de los investigadores. Con lo que no contaban en ese entonces era que una plaga no puede ser combatida con otra plaga. La historia es esta.

La superpoblación de las hormigas arrieras, o Atta, hace que en muchas ocasiones sean consideradas como plagas. En una colonia pueden encontrarse hasta 10 mil hormigas.

Las arrieras tienen la "costumbre" de arrancar pequeños pedazos de hojas, transportarlos en sus espaldas, en una ordenada fila hasta su nido; una vez allí, cultivan sobre él un hongo que luego les servirá de alimento.

Dada la gran cantidad de material vegetal que cortan, las arrieras acaban, principalmente, con las pasturas destinadas como alimento para el ganado, como ya ha ocurrido en Brasil, Colombia, Venezuela y Bolivia.

La esperanza de los agricultores de utilizar a las hormigas locas para acabar con la plaga de las arrieras, no pasó de ser una ilusión. Con el tiempo, se descubrió que la hormiga loca en lugar de controlar la población de las arrieras, se convirtió en otra plaga para la agricultura y la ganadería. Un ejemplo dramático es el de la Laguna de Sonso, en el departamento del Valle del Cauca, Colombia, una reserva natural hoy en día casi que totalmente invadida por la hormiga loca.

Cuando invade los cultivos de café, cacao y caña de azúcar se vuelve cómplice y protectora de insectos chupadores de la savia de las plantas como los piojos, pulgones, moscas blancas y tortuguitas a los que se les considera como plagas. Pero los servicios de la hormiga loca no son gratuitos. Ella se alimenta de los excrementos azucarados de los insectos a los cuales brinda su protección.

Según investigaciones de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Palmira, particularmente el grupo ecológico Francisco José de Caldas, y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, la hormiga loca mueve sus nidos para colonizar con éxito diferentes áreas. Si la época es lluviosa, se las arregla para subir a los árboles altos en busca de refugio en las grietas, mientras el nivel de las aguas, como en la Laguna de Sonso en donde más se ha desarrollado, vuelve a su normalidad. Para el verano regresa a las zonas que había abandonado durante el invierno y conforma sus nidos en la raíz de los árboles.

La hormiga loca vive en las basuras, raíces de los cultivos de pasto, malezas y árboles como chamburos, totumos y chiminangos, aunque prefiere hacer sus nidos en la hojarasca, alrededor de los árboles y arbustos. En el interior de los nidos viven las reinas, huevos y larvas que son cuidados por las obreras.

Esta plaga ataca aves y animales domésticos afectándoles los ojos, las fosas nasales, pezuñas y puede causarles la muerte por asfixia. También elimina otros insectos como hormigas nativas, termitas y larvas de mariposas.

Por ahora, y en vista de que el control de la hormiga loca es un problema a largo plazo, que en Colombia ya le lleva 20 años de ventaja a los científicos, los investigadores recomiendan que, paralelo a los estudios de recuperación de las zonas afectadas, se adopten algunas medidas preventivas tales como no arrojar plásticos, vidrios, latas, desechos de construcción ya que pueden servir como nidos para este insecto.

Contacto: Investigador Efrén Salcedo, CVC, teléfono 92-339 66 71, Cali, Colombia



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