LA DEMOGRAFÍA NO ES SÓLO CUESTIÓN DE LA CIGÜEÑA

Los 1.141.748 Kilómetros de extensión territorial serán compartidos por 40.600.000 colombianos, durante 1998 según  las predicciones del último censo. A partir de estas cifras, muchas personas podrían preguntarse si existe la posibilidad de que en un tiempo no muy remoto la explosión demográfica supere los límites y “ nos quede pequeño el país.”.

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Cuando la población de una región se incrementa, se hace necesario crear nuevas políticas económicas y sociales que garanticen la oferta de bienes y servicios básicos para todos sus habitantes.

¿Cuántos habitantes tendrán Colombia, o Francia, o Chile en el año 2.100?. La respuesta no es nada sencilla puesto que deben tenerse en cuenta una serie de variables que celosamente manejan los demógrafos y que, en síntesis se pueden resumir en dos: el crecimiento vegetativo y el crecimiento por orden del proceso migratorio.

“El crecimiento vegetativo es el crecimiento natural, el que resulta de la reproducción biológica de un grupo social es decir que no toma en cuenta los migrantes  pues una población puede crecer con el saldo neto entre nacidos y muertos y los migrantes que llegan menos los que se van. Esto es lo que se llama la ecuación demográfica: Tasa de natalidad, menos tasa de mortalidad, más inmigración, menos emigración,” explica el sociólogo y Especialista en Ordenación del Territorio, Fabio Velásquez, de la Universidad del Valle.

El crecimiento vegetativo entonces, hace alusión  al crecimiento a partir de la tasa de fecundidad, es decir,  qué tan fecundos son los hombres y mujeres para procrear, lo cual depende de aspectos culturales, biológicos y económicos.

“Cuando en un país la tasa de crecimiento de población está por encima de la tasa de crecimiento de la producción de riqueza, esa población se muere porque no hay suficientes recursos para suplir las necesidades básicas de todos los habitantes.  En estos casos se requiere de la intervención del Estado para que regule el crecimiento excesivo de la población, mediante políticas de planificación familiar”, aclara Velásquez.

Cuando la cigüeña trabaja poco

En el momento en que un grupo social transforma sus conductas reproductivas y lo refleja en la disminución de las tasas de natalidad y cuando a su vez, disminuyen las tasas de mortalidad, se da lo que se llama la transición demográfica.

Se afirma que la transición  demográfica se da básicamente cuando la población es en su mayoría urbana y no rural porque en las urbes existen patrones culturales y condiciones económicas que contribuyen a la estabilización de las tasas de crecimiento poblacional. Por ejemplo, la mayor participación de la mujer en la fuerza de trabajo y la oportunidad de permanecer por más tiempo en el ciclo educativo, postergan la edad de unión de las parejas y les brinda mayor conciencia  en su decisión de reproducción.

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En países subdesarrollados, que ya iniciaron su transición demográfica , las familias son cada vez más pequeñas. El número de hijos por pareja tiende a disminuir.

Sin embargo, también es necesario considerar las consecuencias que pueden generarse por una excesiva baja en las tasas de fecundidad. En estos casos, el crecimiento de la población  tiende a ser negativo como ocurrió en los países desarrollados más o menos hasta los años 80 de este siglo

En Francia, por ejemplo, hace unos 8 años, se creó una política nacional de dar subsidio e incentivos a las familias que tuvieran más de un hijo  ya que las parejas estaban decididas a no tenerlos. A  raíz de ello, la tasa  de crecimiento vegetativo era negativa. Surgió también la preocupación por la carencia de mano de obra joven  y por no poder garantizar la permanencia de esa sociedad a largo plazo pues contaban con una población envejecida. Esto los obligó a contratar mano de obra extranjera.

Los países desarrollados se caracterizan por tener tasas de crecimiento de población bajas, mientras que a los países subdesarrollados normalmente se les asocia con tasas muy altas de crecimiento. Las lógicas y las conductas de la sociedad en materia de fecundidad y reproducción, tienen que ver con aspectos económicos y culturales. Existen por ejemplo, grupos sociales que no permiten el control natal por factores religiosos.

Actualmente, hay países subdesarrollados pero altamente urbanizados, donde las tasas de crecimiento de la población han disminuido notablemente. Colombia es uno de esos países. Es un país en transición demográfica en donde las tasas de crecimiento promedio están actualmente por el orden del 2.1%, mientras que hace 20 años estaban por encima del 3% y hace cincuenta por encima del 4%.

Hacia el 2000, la población será más vieja.

Las proyecciones señalan que mundialmente hay tendencias más o menos generalizadas hacia la disminución del  crecimiento de las tasas, pero esto también genera preocupación, por lo menos en los países desarrollados,  especialmente por aspectos relacionados con políticas económicas y urbanas.

Por ejemplo, existen ciudades en Europa  que están quedando desocupadas por la disminución de sus habitantes. Como resultado, hay sobrantes de infraestructura en servicios de energía, agua, alcantarillado, redes telefónicas que quedan subutilizados.


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En los países subdesarrollados, la población tiende a ser cada vez más vieja lo que origina preocupación por la carencia de jóvenes que garanticen la permanencia de esas sociedades.

En Madrid, hace 15 años, había gran cantidad de edificios desocupados que fueron invadidos por jóvenes punk y personas de sectores pobres, que no tenían vivienda. Otro de los fenómenos que ocurre en estos países con tasas de crecimiento negativo o muy reducido es el de la inmigración de personas  extranjeras atraídas por los estímulos que les ofrecen por tener a sus hijos en esos países. Esto desencadena otros problemas como choques culturales, xenofobia, movimientos antimigración, problemas ya de índole político y no solo cultural o social, comenta Velásquez.

De otra parte, la disminución excesiva de las tasas de natalidad y de mortalidad, se traduce en una población envejecida, generando la necesidad de crear o ampliar la cobertura de servicios para los ancianos y de incorporarlos como seres activos dentro de la dinámica social, lo que implica una transformación de las políticas públicas.

En un país como Colombia donde hay altos índices de violencia, es preocupante  el índice de mortalidad en los jóvenes pues son las principales víctimas lo que puede significar en un futuro, problemas de reproducción no sólo por envejecimiento de la población sino por la ausencia de población masculina pues asesinan más hombres que mujeres lo que crearía un desequilibrio demográfico, explica el sociólogo Fabio Velásquez

El comportamiento de las tasas de crecimiento de la población, es pues un fenómeno complejo ya que requiere mantener cierto equilibrio. Cualquiera de los extremos resulta ser negativo, lo que exige medidas permanentes para  nivelar  las tasas de crecimiento de acuerdo a los recursos o a las necesidades de cada región o país.

Contacto: Fabio Velásquez. Sociólogo Especialista en Ordenación del territorio.
E-mail: fevelasq@chasqui.univalle.edu.co
Teléfono: 923392399


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