Si usted es madre fumadora, está expuesta a gases tóxicos como los de fumigación o se encuentra mal nutrida poco antes de quedar embarazada, es probable que este reuniendo condiciones para tener un bebé con labio leporino.
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Un bebé con labio hendido debe ser operado en los tres primeros meses de vida mientras que en el caso de presentar el problema en el paladar, los médicos recomiendan que cirugía se realice después de los nueve meses para evitar otros problemas. |
La más común de las malformaciones que se presentan en los fetos es lo que se conoce como labio leporino, pero que en realidad se refiere a los casos de labio y paladar hendido. Labio leporino quiere decir labio de liebre.
El labio y paladar hendido se produce porque dentro del útero durante las primeras 7 semanas, cuando se debe formar el labio y la mandíbula, el proceso de crecimiento de las estructuras se ve interrumpido.
Las células se extienden hasta llegar a la línea media de la boca, justo debajo de la nariz, donde se fusionan y de esta manera queda perfectamente formado el labio; de no ser así, si alguno de los lados no crece correctamente, se presenta el labio leporino o paladar hendido.
“En el caso de que la migración no se dé aparece el labio leporino bilateral, pero si un lado llega y el otro no, se forma el labio hendido lateral” explica Sánchez.
Según el científico, el labio leporino se conoce como multifactorial, es decir que puede ser causado por múltiples factores. Algunas investigaciones revelan que existe cierta relación entre el consumo de contaminantes en el agua o en los frutos, en el consumo de alcohol o tabaco y la mala nutrición, con la aparición de labio leporino y paladar hendido.
Como coadyuvantes o factores que contribuyen en esta malformación, se han detectado que algunos derivados de la vitamina A, como el ácido retinóico tienen alguna incidencia en el labio leporino.
De la misma forma algunas trabajos científicos revelan que cuando la madre es epiléptica y usa o ha usado, durante o inmediatamente antes del embarazo, droga anticonvulsionante, podría estar expuesta a que su bebé sufriera malformaciones congénitas como labio leporino.
Así mismo el labio leporino puede presentarse por causas genéticas. Si en la familia, los padres o hermanos tienen este problema es muy probable que aparezca un nuevo caso. Por ejemplo, si una pareja tiene un hijo con labio leporino, existe desde el 5 hasta un 20% de riesgo de que el próximo lo herede también.
“El riesgo de tener hijos con esta malformación aumenta de acuerdo con la cercanía del parentesco y al número de los mismos, es decir que entre más hermanos, tíos o primos hayan nacido con labio leporino mayores serán las probabilidades de que aparezca”, afirma Sánchez. Por eso es importante la consejería genética para las parejas antes de tener sus hijos.
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Si una pareja tiene un hijo con labio leporino, existe desde el 5 hasta un 20% de riesgo de que el próximo lo herede también. Por eso es importante la consejería genética para las parejas antes de tener sus hijos. |
Lo principal: La cirugía a tiempo
Es importante aclarar que un niño puede nacer con problemas de labio hendido o presentar a la vez daños en el paladar. Cuando está afectado el paladar primario, o el que se encuentra justo en el hueso donde crecen los dientes, se denomina fisura alveolar.
Un bebé con labio hendido debe ser operado en los tres primeros meses pues las estructuras ya están completamente desarrolladas y el niño se encuentra apto para tolerar la cirugía, si se encuentra bien de peso y de salud.
Esta cirugía debe ser lo más estética posible. Es importante que si el bebé tiene ambas malformaciones se opere la del labio antes de los tres meses, pues entre más rápido se realice la cirugía menos cicatriz le quedará.
“Es tan importante que esta cirugía se realice pronto que incluso algunos cirujanos opinan que es mejor operar dentro del útero de la madre, es decir que el niño sea intervenido quirúrgicamente antes de nacer pues esto evitaría la cicatriz
En el caso del paladar o la fisura alveolar, los médicos recomiendan que la operación se realice más tarde, pues pueden aparecer problemas cuando la intervención se hace antes de los nueve meses. “El hecho de pelar el hueso y unir las estructuras blandas, para cerrar la fisura que se encuentra allí, provocaría la alteración del crecimiento del maxilar por el resentimiento de la estructura ósea y la disminución de la irrigación sanguínea”, explica el médico Sánchez.
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La contaminación incide en la aparición de mayor numero de casos de labio leporino al igual que la mala nutrición. |
Desde el vientre
Lazaro Sánchez expresó que es posible detectar la anomalía en el labio del feto a través de una ecografía , pero es necesario que la máquina tenga muy buena resolución.
También depende de quien haga la ecografía, o ecografista, esté bien entrenado para detectar la presencia de esta malformación, pues a esta edad es perfectamente identificable el rostro del bebé. El hecho de que pueda verse o no, también depende de la posición del feto, pero generalmente el niño se está moviendo en el líquido amniótico y en algún momento puede observarse el rostro.
El especialista agrega que es importante que las madres se encuentren preparadas para tratar a estos niños, pues aunque el tipo de alimentación es la misma que la de cualquier otro bebé, no se le debe suministrar de la misma forma.
El trabajo de ortodoncia es recomendable que se inicie apenas nace el bebé. Para esto se utiliza una especie de lámina que tapa el hueco del paladar, llamada férula. Esta lámina tiene la función de ayudar a que los segmentos del paladar, que están desunidos, traten de alinearse en un arco más cercano. Si el problema se presenta en ambos lados, la férula ayuda a que el segmento central se alinee con los otros segmentos naturales para facilitar el crecimiento alineado del hueso.
La férula se introduce en la boca para reemplazar el paladar en caso que el bebé no lo tenga o lo tenga incompleto. De esta forma, se aísla la boca de la nariz y sirve de apoyo a la lengua a la hora de deglutir los alimentos, de lo contrario la comida puede volver a salir por la nariz, debido a que los músculos se forman mal y cuando el niño succiona se impulsan hacia arriba.
Cuando esto se logra, posteriormente es importante tapar este hueco del paladar haciendo un injerto con un hueso de la cresta ilíaca, cerca de la cadera, pues es la zona de donde más se puede extraer hueso esponjoso sin que haya riesgo de producir una alteración funcional. Además es el hueso que posee más células óseas vivas y reproduce hueso donde no lo hay.
Sánchez también considera indicado que el pezón de la madre se introduzca hasta el fondo de la boca del niño para que le quede más fácil deglutir el alimento.
“La medicina de hoy debe ser ante todo preventiva y por lo tanto lo mejor es evitar los riesgos y realizar los exámenes pertinentes antes de engendrar un hijo” recomienda Sánchez.
Contacto: Lázaro Nestor Sánchez, docente de la Universidad del Valle, Teléfono 925584094. Cali. Colombia.
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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