La erosión biológica o bioerosión de acantilados es uno de los procesos costeros más importantes que sucede en la costa pacífica colombiana, al punto de cambiar en muchas partes el aspecto de esta zona.
Foto de Investigador Jaime Cantera |
Líquenes y algas forman una película sobre la roca que servirá de alimento a los bioerosionadores. |
La transformación o evolución, como la llamó Darwin, está presente en todos los campos del delicado proceso de la vida de este planeta. Uno de esos procesos de transformación es el que producen los organismos bioerosionadores con su continua actividad de supervivencia sobre los acantilados rocosos de la costa pacífica colombiana.
La erosión provocada por estos organismos, induce con la ayuda de procesos físicos como el oleaje, el desplome, de grandes masas de roca, modificando la línea costera como ha ocurrido en la bahía de Málaga, donde ha cambiado el tamaño, la profundidad y han aparecido islas.
Jaime Cantera, biólogo, profesor de la Universidad del Valle, desarrolló un proyecto de investigación sobre el comportamiento de estos organismos durante años. Con este trabajo se pretendió determinar la densidad poblacional y la tasa de destrucción de las rocas, para conocer la velocidad del proceso erosivo para la costa pacífica.
Esta investigación fue galardonada con el Premio Nacional de Ecología, 1994, otorgado por la Financiera Eléctrica Nacional FEN.
Foto de Investigador Jaime Cantera |
La fuerza del oleaje sobre el acantilado acelera el proceso de erosión arrancando material del techo y la pared de la caverna. Al alcanzar cierta profundidad la caverna termina desplomándose sobre el mar. |
Posteriormente, organismos perforadores de la familia Pholadidae y el género Lithophaga, en búsqueda de protección se incrustan en la roca, una vez se ha realizado la abrasión superficial. Ahí instalados, ellos obtienen por filtración su alimento del mar. Los perforadores llegan a la parte blanda de la roca, debilitando la franja más baja, en la cual por acción de las mareas y el oleaje se van formando cavernas.
Al ser canalizada el agua y la energía del oleaje a través de la caverna, el proceso abrasivo se hace más importante, aumentando la caída de material al interior de la caverna. “Cuando la caverna alcanza cierta profundidad y desaparece el soporte, se derrumba la pared superior del acantilado sobre el mar, quedando expuesta a la acción de las mareas, el oleaje y al ataque permanente de organismos perforadores hasta erosionarla totalmente”, explica el biólogo.
Estos organismos
a pesar de su contextura delicada, son capaces de perforar las rocas
gracias a los movimientos
rotatorios y de fricción de la concha, en algunos casos ablandan
el sustrato con sustancias químicas, actuando como verdaderos taladros
vivientes.
La dinámica
bioerosiva se puede interrumpir temporalmente al cambiar la dirección
de las corrientes o al acumularse material acarreado por las mareas de
pujas o por las crecientes de los ríos, especialmente arena. Sin
embargo, sobre la superficie del nuevo relleno, la actividad bioabrasiva
se reanuda con la aparición de algas y moluscos.
Foto de Investigador Jaime Cantera |
Los organismos perforadores necesitan estar fijados a un sustrato, ellos se incrustan en la roca, para protegerse de la fuerza del oleaje, a la vez que obtienen por filtración su alimento del mar. |
Problemática social
La erosión por organismos vivos es el proceso geomorfológico responsable en gran parte de la erosión costera del pacifico colombiano, involucrando áreas ocupadas por asentimientos humanos. Este efecto es visible en la isla del Gallo, el Morro en Tumaco, el golfo de Tortugas y en gran parte de la Bahía de Málaga. La isla de Palma y el morro “Culo e’ barco” son típicas formaciones separadas de la costa por este fenómeno.
Los resultados obtenidos en esta investigación permiten predecir que si la altura del nivel del mar continúa aumentando en los próximos años, como consecuencia del incremento de la temperatura en el planeta y por ende, el calentamiento progresivo de la masa de agua marina, el proceso de bioerosión va a aumentar considerablemente. “Al elevarse el nivel del mar, las zonas alcanzadas por las mareas permiten el asentamiento de las larvas de los organismos abrasionadores y perforadores”, dice Jaime Cantera.
Este proceso que no solo afecta a los acantilados y su biodiversidad, aún poco conocida, obligará al hombre a tenerla en cuenta durante la planificación de construcciones que tienen contacto con el borde marino o en las zonas cercanas a ellas.
Contacto: Jaime Cantera. Biólogo Marino. Universidad
del Valle.
e-mail: jcantera@biologia.univalle.edu.co
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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