Por contaminación:

HASTA LOS PECES CAMBIAN DE SEXO

Ahora cuando todo el mundo habla de contaminación, las pruebas contundentes de este hecho es su efecto en los seres vivos.

Foto de Enciclopedia Países del Mundo

AGENCIA AUPEC. 27-05-1998

La española Silvia Gimeno colabora en el Departamento de Toxicología Ambiental, del Instituto  de Nutrición y Alimentación, de Holanda y actualmente realiza estudios sobre los efectos negativos de los contaminantes  medio ambientales en  los seres vivos.

En trabajo conjunto a otros investigadores ha logrado demostrar que los peces cambian de sexo o se vuelven estériles debido a sustancias químicas contaminantes que se vierten en las aguas.
Se cree, con base en resultados científicos, que  compuestos químicos presentes en las aguas reaccionan como la hormona femenina estradiol.

Estos compuestos de degradación que provienen  de dos grandes grupos, el  uno de la fabricación del plástico para obtener plásticos flexibles y el otro de la degradación de jabones o detergentes, tiene efectos negativos en la reproducción. Así mismo se han encontrado estos compuestos en otros productos químicos como pesticidas.

Machos con características femeninas


Foto de Bambusa Guadua

En la investigación  realizada  se  midieron los efectos de un  compuesto ya identificado que era el estrógeno, sobre peces macho en diferentes estados, desde huevo hasta adulto.

En este proceso de diferenciación sexual se pudo observar que debido a la exposición al compuesto, se obtuvieron características femeninas en los peces machos que estaban en periodo crítico para la reproducción y el cual es sensible a la influencia de diferentes hormonas. Los peces en estado de desarrollo no manifestaron ninguna característica femenina.

Igualmente los investigadores encontraron que los peces en estado de maduración sexual, expuestos al compuesto, mostraron  una reducción en la producción de esperma. Del mismo modo se pudo apreciar que los peces expuestos a altas concentraciones del compuesto mostraban una alta cantidad de la proteína femenina biterogenina.

“Esto permite concluir que si hay efectos en el desarrollo sexual delos peces también puede tener efecto en otras especies de vertebrados, porque el sistema hormonal  y de desarrollo de los órganos sexuales son bastante estables a lo largo de la reproducción”, explica la investigadora.
Lo más importante de este estudio es mostrar la necesidad de investigar sobre otros compuestos que pueden tener efectos tan graves como estos y así empezar a desarrollar normas para controlarlos.

Contacto:
El Mundo de la Ciencia y la Salud. Radio Netherlands. e-mail: dewildt@rnw.nl


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