Jardín Botánico de Corpociencias:

ÚLTIMO REFUGIO PARA ESPECIES EN EXTINCIÓN

Con el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente, investigadores del la Universidad del Valle recopilaron información de 200 especies de flora del suroccidente colombiano, con el fin de elaborar una base de datos que permita a los interesados saber mucho más sobre esta riqueza del país.

Fuente: Investigador Guillermo Reina

Chione sylvicola, planta muy difícil de encontrar en territorio colombiano.

Agencia AUPEC. 08-05-1998

El sobrepastoreo, quemas continuas, tala de bosques y las prácticas agrícolas son, en opinión de los científicos, los principales responsables de la desaparición acelerada de la flora colombiana.

Según el botánico Guillermo Alberto Reina, investigador asociado del Jardín Botánico de Corpociencias, de la Universidad del Valle, los bosques muy secos tropicales, como el cañón del río Dagua, el valle del Patía, el desierto de la Tatacoa, la alta Guajira y el cañón del río Guaitara son de las regiones más amenazadas.

De igual manera, de lo que antes era el valle geografico del río Cauca, ahora sólo quean pequeños bosques menores de 10 hectáreas.

Sin embargo, todavía hay sitios con un alto grado de conservación, como la parte norte del Departamento del Chocó (serranía del Baudó), en donde el hombre no puede acceder tan fácilmente y por ser tierras altas.

Precisamente, ante la desaparición rápida de la vegetación del país, los jardines botánicos se constituyen casi que en la única oportunidad de conservación de esta riqueza.

Pero en el Jardín Botánico de Corpociencias se quería ir más allá; la intención era documentar cada una de las especies que harán parte de este centro de investigación y elaborar una base de datos con toda esta información.

El primer paso de esta tarea fue llevar a cabo, durante finales de 1996 y todo 1997, un trabajo de investigación en 14 localidades del suroccidente colombiano.

Las regiones visitadas por los investigadores fueron los Departamentos del Chocó, Cauca, Valle del Cauca, Risaralda, Huila y Nariño.

La investigación logró recopilar información de 200 especies que habitan esta región, relacionada con sus nombres científicos, nombres comunes, alometría o medidas, descripción, distribución, condiciones edáficas, asociaciones vegetales, grados de amenaza, usos y una fotografía de cada especie.


Fuente: Investigador Guillermo Reina

Semillas de la planta Chione sylvicola.

"Se trató de dar una visión integral a cada una de las especies, teniendo en cuenta no solo el individuo como tal sino también su relación con el entorno", dice el botánico Reina, quien tomó parte en esta expedición.

Así mismo, se estudió las condiciones de la región donde se encuentran, como la altitud, precipitación, temperatura y clima en general.

En esta labor participó un grupo multidisciplinario, conformado por biólogos botánicos, arquitectos, ingenieros de sistemas y forestales. Además se contó con la colaboración de docentes de las Universidades del Valle y Tolima, la CVC, y habitantes de los sitios visitados.

Entre las especies estudiadas se encuentran el Samán, Chontaduro, Arbol del pan, Marañón, Carambolo, Guadua, Bambú, Achiote, Yarumo, Ceiba, Coco y Borojó.

En estas travesías los investigadores encontraron, al norte del Deparatamento del Chocó, más específicamente en Bahía Cúpica, el primer reporte para Colombia de la especie Inga spiralis, perteneciente a la familia de las guamas.

"Hasta el momento esta especie sólo se había reportado como endémica en Panamá. A diferencia de las otras 300 especies del género Inga, la que encontramos tiene su fruto en forma de espiral, de allí su nombre", afirma el botánico Reina.

También se logró colectar una Rubiacea, de la familia del café, llamada Chione silvicola, especie restringida en Colombia unicamente al Chocó biogeográfico.


Fuente: Investigador Guillermo Reina

Frutos y semillas de la planta Inga spiralis

Los investigadores también confirmaron que algunas especies se encuentran seriamente amenazadas, como la Eucharis caucana, eucharis bonplandii, Plagioliriun horsmannii, Chelyocarpus dianeuris y la Humiriastrum procerum, entre otras.
 
Del campo a la ciudad

Según el investigador Reina, el 70 por ciento de la flora ornamental de las ciudades colombianas son especies exóticas, lo cual es algo contradictorio pues Colombia tiene una de las mayores biodiversidades del mundo en cuanto a flora se refiere, estimada en una cifra cercana a las 30 mil especies.

"Lo anterior tal vez se deba a que los profesionales encargados del embellecimiento de las ciudades no cuentan con documentos escritos que hablen sobre las mediciones de los árboles, aspecto importante para hacer levantamientos paisajísticos", afirma.

Por eso, uno de los objetivos de esta investigación, patrocinada por el Ministerio de Medio Ambiente, es realizar una publicación que le indique a los arquitectos, paisajistas o ingenieros civiles cuales son las especies más indicadas para el ornato de la ciudad, dependiendo de sus características.

De esta manera, según los investigadores, se cumpliría no solamente con la función de embellecimiento, sino que se contaría con bancos de germoplasma para la conservación de algunas de las especies amenazadas en su hábitat natural.

Contacto: Investigador Guillermo Alberto Reina. Jardín Botánico, Corpociencias, Universidad del Valle.
e-mail: guireina@mafalda.univalle.edu.co


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