Descubrimiento:

NUEVA ESPECIE DE PLANTA

Gaya mutisiana es el ejemplar que un profesor de la Universidad del Valle encontró en predios de esta Institución. Aunque este hallazgo, y otros, ponen de manifiesto la riqueza florística de Colombia, también evidencia el peligro al que ella se expone.

Ilustración de Bonplandia

Gaya Mutisiana: Nueva especie descubierta en la Universidad del Valle.

Adriana María Ochoa O.
Agencia AUPEC. 06-05-1998

Como alguna vez lo hizo José Celestino Mutis, en los campos de Colombia, junto con su equipo de la Expedición Botánica, el biólogo Phillip Silverstone-Sopkin, profesor de la Universidad del Valle, se dedica a recorrer, desde hace varios años, el territorio que ocupa esta Institución para estudiar su flora silvestre.

Precisamente trabajaba en esto, junto con su ilustrador Jairo Larrahondo, en el lote en donde se construiría el Jardín Botánico de la Universidad, cuando reparó en un ejemplar de maleza que no era muy común, un arbusto no muy llamativo, con metro y medio de altura como máximo, flores amarillas y  frutos en forma de linterna que se pueden separar en segmentos, cada uno con una semilla.

Por la apariencia de los estambres, unidos alrededor del pistilo o parte femenina de la planta, el investigador Silverstone supo que este ejemplar pertenecería a la familia  Malvaceae, de la que también hace parte el algodón.

Un experto en esta familia, el botánico argentino Antonio Krapovickas, fue el encargado de confirmar que se trataba de un ejemplar perteneciente a las Malvaceae, pero que era una especie nueva para la ciencia.

A la nueva especie se le bautizó con el nombre de Gaya mutisiana, en honor del  científico chileno del siglo pasado, Claudio Gay, y a José Celestino Mutis.

De acuerdo con el profesor Silverstone, esta maleza es muy restringida al Valle geográfico del río Cauca, pues hasta ahora no se ha encontrado en ninguna otra parte de Colombia o del mundo.

La planta original que encontró el investigador se perdió definitivamente en los trabajos de construcción. Afortunadamente se encontraron tres ejemplares más en terrenos de la Universidad, sus semillas se recolectaron y entregaron al Jardín Botánico para asegurar su conservación.

Tiempo después se encontraron otros ejemplares cerca al municipio de Mulaló, en la carretera que conduce a la ciudad de Yumbo, el corregimiento de Media Canoa y algunos barrios de la ciudad de Cali.


Fuente: 30 plantas medicinales del Valle del Cauca

La Papunga es una planta medicinal utilizada por los campesinos para tratar la diabetes.

"Este descubrimiento indica una vez más la gran biodiversidad de Colombia, lo poco que la conocemos y lo poco que hemos trabajado en ella. Es evidente que aun falta mucho por explorar y conocer la flora del país", afirma el investigador Silverstone-Sopkin, quien cuenta con un Ph.D de la Universidad de California del Sur, Estados Unidos.

Las malezas no son tan malas

Técnicamente una maleza es una planta que se encuentra justo donde el hombre no quiere que esté. Sin embargo, estas plantas silvestres le reportan al hombre un sinnúmero de beneficios; muchas de ellas tienen un gran valor medicinal como la Papunga que, según dicen, puede ser una cura para la diabetes o el Anamú, Petiveria alliacea, utilizada por los campesinos para tratar problemas de la piel, entre muchas otras.

Otras malezas son comestibles, sirven como condimentos, son ornamentales o protegen el terreno de la erosión. Precisamente este tipo de plantas constituye buena parte de la gran riqueza florística  de Colombia.

Fue el mismo profesor Silverstone-Sopkin quien encontró,en 1987, también en predios de la Universidad del Valle, otra especie interesante de maleza.

En esta ocasión se trató de una especie de Phyllanthus tenellus, no nueva para la ciencia pero que se constituye en el primer registro para Colombia de esta planta.

Pero los aportes a la botánica del investigador no pararon allí. En 1987, el profesor, acompañado por el Técnico de Laboratorio de la Universidad del Valle, Nestor Paz, encontró, en el municipio de Zarzal, en el Departamento del Valle del Cauca, una especie nueva para la ciencia, perteneciente a la familia Amaryllidaceae, la Eucharis caucana.

Hasta el momento esta especie sólo se ha encontrado en esta región del país y en el Departamento de Risaralda.

Riqueza desconocida

Otra variedad hallada, aún más escasa, es el Plagiolirion horsmannii, perteneciente también a la familia de las Amaryllidaceae. El que se creía el último ejemplar de esta especie fue coleccionado en 1895, sin que se volviera a tener noticias de la planta, tanto así que en los listados internacionales estaba catalogada como extinta.


Foto de Guía Médica Familiar

Los cultivos ilícitos, como el de la amapola, tienen gran culpa de la desaparición de la flora colombiana.

Sin embargo, el profesor Silverstone-Sopkin, junto a sus ayudantes de campo,encontró un ejemplar, en estado silvestre, en los bosques de la región baja de Risaralda.

La labor exploratoria del investigador ha llegado hasta la región del Chocó, más específicamente al Cerro del Torrá, donde él y el profesor de la Universidad del Valle, Jorge Ramos, han encontrado más de 30 especies de plantas nuevas para la ciencia.

Según el científico, es más difícil encontrar especies nuevas en el Valle del Cauca, pues se ha acabado con la flora original.

Un caso que ilustra esta situación es el del árbol silvestre llamado "Cuasio", el cual tiene una corteza muy amarga que, según dicen los campesinos, sirve para problemas hepáticos y digestivos.

Los estudios realizados sobre este árbol no lograron identificar a que familia pertenecía.

"Investigaciones posteriores realizadas con sus flores revelaron que el árbol pertenece a la familia Simaroubaceae, pero el género continúa siendo un misterio para nosotros", afirma el profesor Silverstone-Sopkin.

Lo que sí queda claro para los investigador es que el aporte a la medicina de este árbol sería muy grande, pero lamentablemente ya se encuentran muy pocos ejemplares, lo que hace muy difícil su estudio.

De acuerdo con el investigador , el principal enemigo de la flora colombiana es el propio hombre, quien, por diferentes motivos, destruye esta riqueza nativa.

Los terrenos donde se encuentran valiosos ejemplares botánicos se utilizan para la agricultura, ganadería extensiva, explotación maderera o los cultivos ilícitos.

"De seguir así, miles de especies de flora van a desaparecer, muchas de las cuales ni siquiera han sido descubiertas. Todo esto parece indicar que un gran porcentaje de la flora colombiana va hacia la extinción completa", afirma el investigador.

Contacto: Biólogo Phillip Silverstone Sopkin, Facultad de Ciencias, Universidad del Valle


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