Diagrama que muestra el interior de la máquina
cortadora de residiuos de la caña de azúcar.
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La ciudad de Seattle en Estados Unidos es uno de los lugares donde más se toma café en el mundo. Ese café se endulza generalmente con azucar de cualquier parte del mundo y así una taza de capuccino puede contener azucar cubana, un suave café colombiano una cucharada de azucar dominicano o un moshka turco un terrón made in usa. Para obtener ese endulzante blanco los procesos a realizar en muchos casos contaminan el medio ambiente.
Todo empieza en países cálidos como Colombia, decenas de hectáreas de caña de azucar són sembradas por hombres y máquinas que rompen el suelo y adentran en él la simiente que terminará su ciclo en los paladares del mundo.
Cientos de trabajadores en medio de los rayos incandescentes del sol, cuando la caña ya está amarilla, són los encargados de cortarla, separando en el proceso la materia prima del azúcar de sus residuos. Otra forma de proceder es quemarla antes de recogerla para disminuir las hojas y los cogollos.
Con los avances tecnológicos algunas máquinas pueden realizar ese trabajo y en cuestión de horas recoger toda una cosecha. La caña útil se monta en carros cañeros de los ingenios azucareros que la procesarán, los sobrantes quedan afectando el rebrote de la caña e impidiendo las labores propias del cultivo como el abono y riego. Para evitar tal cosa se queman en grandes fogatas todas las hojas, cogollos y residuos. Miles y miles de kilos de ceniza caen en las ciudades o poblados aledaños a los sembradíos, las calles se cubren de paveza, los cielos parecen teñidos por la ira de un dios furioso, el aire huele a quemado.
En el año 2005, en Colombia, no se podrán hacer más quemas de ese tipo, no más atentados contra la madre tierra. Los ingenios azucareros colombianos anticipándose al futuro pidieron al Centro de Investigaciones de la Caña -Cenicaña, desarrollara una máquina que troce los residuos dejados en el campo tras la recolección y trasporte el material molible a camiones El solo desarrollo de la máquina cuesta miles de dolares y es realizado por industrías norteamericanas y holandesas, Cenicaña les ofreció la concesión del proyecto ante la inexistencia de una alternativa nacional.
Sin embargo una máquina con aplicaciones similares ya existe "virtualmente"como modelo tridimensional y fue diseñada por dos ingenieros mecánicos egresados de la Universidad del Valle, Carlos Eduardo Pérez y Vladimir Andrés de la Vega .Con ella ganaron el premio "Claudio Fernandez Rivas¨ otorgado al mejor diseño en ingeniería mecánica y crearon la solución a uno de los muchos problemas de contaminación que invade el mundo.
No es el proyecto de una máquina grande y
costosa como el que Cenicaña ordenó desarrollar, es un implemento
agrícola que se une al tractor y de manera sencilla recoge
los sobrantes y los troza. Una pala diseñada ergonómicamente
para las variaciones del suelo cañero amontona los residuos, mediante
unas especies de ganchos estos són levantados e introducidos a la
máquina donde un tornillo sin fín los dirige a las cuchillas.
Picados en trozos muy pequeños, estos residuos servirán en
primera opción como abono por lo que regresan al suelo de donde
surgieron o se pueden convertir en materia orgánica, combustible
para calderas, forraje para animales, alcoholes, etc, todas estas, sin
duda, mejores opciones que la contaminación de la atmosfera con
humo y ceniza.
Impulsado por un tractor y alimentado por fuerza hidraúlica
la construcción de este implemento agrícola podría
realizarse íntegramente en cualquier país subdesarrollado
a costos ínfimos y con buenos resultados.
El trozador de residuos de caña desarrollado con creatividad colombiana y la audacia propia del pueblo latinoamericano fué modelado en 3 dimensiones mediante un programa de computación (autocad) y un paquete llamado Avansse al cuál se le encontraron mas usos que el de simplemente diseñar estructuras.
Si esta máquina supera la etapa de proyecto galardonado y es construida , la industria colombiana se activará ofreciendo a menor precio y con un grán nivel de calidad un producto que actualmente monopolizan los paises industrializados. Además las quemas de residuos de caña solo serán un mal recuerdo. Así cada vez que alguien tome café colombiano, brasileño o árabe en Seattle, no estará indirectamente con cada cucharada de azucar contaminando más el mundo.
Para más información: Ingeniero mecánico Vladimir Andrés de la Vega. Teléfono: (57-2)4382654. Cali,Colombia. E-mail: vladvega@telesat.com.co
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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