Síndrome de Pantalla

EL TELEVISOR PUEDE SER SU ENEMIGO

Sin la debida orientación de los padres la televisión se puede convertir en un enemigo de la salud de los pequeños, quienes encienden el aparato con el fin de encontrar divertidas aventuras o escapar de un ambiente familiar triste, opresivo o solitario.


Caricatura de PePo

Atrás quedaron el fútbol, las muñecas, la cuerda de saltar y las competencias atléticas, entretenimientos preferidos por los niños de hace 20 años; ahora es poco frecuente que los muchachos se diviertan con este tipo de juegos y si lo hacen no es por mucho tiempo, debido al “síndrome de pantalla.”

Es muy común que los niños de hoy permanezcan largo rato cerca del televisor; sin embargo, qué consecuencias puede traer que un pequeño de tres, cuatro o seis años no se mueva del “aparato fantástico”.

Los investigadores, interesados por el cambio de ciertas actitudes que distancian mucho los niños de antes a los de hoy, están averiguando cuales son las principales causas para que los menores se interesen tanto por la televisión y tan poco por otras actividades que, hasta hace relativo poco tiempo, eran las predilectas de la población infantil.

Fanny Castillo Potes, psicóloga de la Universidad del Valle, con maestría en información psicoanalítica y práctica en la Escuela Experimental de  Bonneuil, donde llegan los niños con problemas emocionales,quiso hallar una respuesta a algunos síntomas comunes entre los menores y notó que los pequeños que han sido inteligentes y creativos y se convierten en pasivos y poco activos, presentaban una característica particular: el tiempo que le dedican a la televisión.

La psicóloga trata a los niños con talleres que permiten que el menor exprese sus sentimientos a través del juego y la expresión creativa; durante este proceso Castillo se percató que es bastante frecuente que los infantes pinten personajes de la televisión e incluso algunos de ellos lo hacen casi exclusivamente.

La investigadora también observó como una constante que el televisor pasó a ser el punto central en la vida de estos niños, los cuales incluso dejaban cualquier actividad o paseo por atractivo que el mismo fuera para quedarse frente a la pantalla , por lo cual la psicóloga decidió denominar a este problema el “Síndrome de pantalla”.

El problema


Foto de rev. Avianca

La televisión entre la realidad y la ilusión, invita a ser observada las 24 horas y ofrece entretenimiento para todos los gustos.

“Los niños que ven televisión tres o cuatro horas diarias e incluso hasta ocho en fines de semana, empiezan a tener cambios de comportamiento escolar y en la vida familiar”

Los niños con el "Síndrome de pantalla" manifiestan apatía por los trabajos escolares y actividades lúdicas, es decir de juego.

La mayoría de los menores se recrean a través de lo que ven pero un niño menor de siete años no distingue entre la realidad y la fantasía, pues aún no alcanza el periodo de la razón, es decir que su mente no realiza operaciones concretas, por lo tanto no puede diferenciar la realidad de lo que no lo es.

El "Síndrome de pantalla" suele presentarse entre los cuatro y doce años, época en la cual los niños están en busca de una identificación  por lo tanto es frecuente que  tomen la televisión como punto central de las actividades y por este motivo empiecen a tener problemas emocionales y escolares.

Un facilitador de este problema es la poca comunicación que existe entre padres e hijos.También es relevante que se fomenten relaciones afectivas con abuelos, tíos y en general con toda la familia, pues el desconocimiento de la misma puede generar en carencias de identidad.

La psicóloga también observó a través de su investigación que el “Sindrome de la pantalla” es más frecuente en niños que en niñas, pues los primeros tienden a ser más agresivos y consumir películas más violentas, las cuales tratan de imitar.

Así mismo el hecho que esta época de la vida se encuentre basada en programas de televisión, está impidiendo que los padres aprovechen los años ideales para inducir a los hijos en deportes o las artes, pues es durante este periodo de la vida donde los niños poseen mayor capacidad de aprendizaje.

Otro síntoma del “Síndrome de pantalla” es la frecuente utilización de videojuegos o afición por los juegos electrónicos. Este hecho puede  desencadenar problemas físicos e incluso, en situaciones extremas, es probable que suceda lo que pasó hace algunos años en Inglaterra donde una niña, después de 5 horas de jugar con el nintendo, tuvo un ataque epiléptico.

Las características de un niño con “Síndrome de pantalla” son apatía a las tareas escolares, problemas de identificación, problemas emocionales y cierta pasividad corporal.

“En Colombia a diferencia de otros países como Francia, muchos niños ven televisión indiscriminadamente, sin que exista una guía por parte de los padres quienes en últimas deben autorizar qué puede ver un menor o no”, asegura la investigadora.

El hecho de pasar largas horas frente al televisor puede traer repercuciones físicas como el  daño en los ojos a causa de los rayos catónicos; así mismo el hecho de mantener la mirada en un solo punto, durante largos ratos, impide que los músculos de los ojos se movilicen,  lo que evita el desarrollo completo de los músculos.

De la misma forma, los niños han dejado de practicar algunos juegos que implican movimiento físico que permiten y facilitan el desarrollo  y la armonía corporal y psíquica .

El “Síndrome de la pantalla” afecta la salud mental del menor pues algunas imágenes que lo impresionan pueden quedar gravadas inconscientemente, lo cual puede desequilibrar su relación con el entorno y produce problemas patológicos.
 
Otro problema grave que se presenta es que el niño pierde contacto social pues se empieza a carecer de amigos, lo cual produce una especie de aislamiento social.

“Pero la televisión  no es dañina, si fuera bien utilizada por los padres como herramienta didáctica podría contribuir al crecimiento integral de los niños”, argumenta la psicóloga,

La televisión tiene un sin número de alternativas para contribuir de forma positiva en la mente de una persona, especialmente de un niño, pero mal enfocada y sin guía alguna la televisión puede ser un instrumento fatal para los hijos menores.


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