Lluvia de Leónidas
UN EVENTO CÓSMICO SIN IGUAL

Sky & Telescope

Las leónidas son llamadas así porque ubicadas en el mapa espacial parece que vinieran de la Constelación de Leo

AGENCIA AUPEC noviembre de 1998

Si usted es de los que pide un deseo cada vez que ve una estrella fugaz, prepárase para tener una millonaria lista de petiiciones, pues en noviembre de 1998 ha de producirse una tormenta de estrellas.

Este acontecimiento conocido como lluvia de leónidas es el resultado de la basura cósmica que deja el cometa Tempel-Tuttle en su travesía por el sistema solar y cuya coincidencia con la órbita del Planeta Tierra ocurre cada 33 años. La aparición de estos desechos puede verse por uno o dos años.

Este cometa pasó el 28 de febrero de este año y por lo reciente de su llegada se espera que la magnitud de la lluvia de estrellas sea enorme, comparada con las descritas en los años 1833 y 1866.

El planeta Tierra entra al sendero dejado por el cometa, exactamente 257.3 días después de su paso, y en este momento es cuando se puede ver la lluvia de estrellas, aproximadamente durante tres días, tiempo que demora la tierra en recorrer el sendero de 35.000 Km de ancho.

El fenómeno espacial de la lluvia de las leónidas tendrá lugar en el 98 y 99. En la primera ocasión, el pico máximo de encuentro con las estrellas estará ubicado en el Océano Pacífico, hacia los lados de Asia, Japón, Norte de Rusia y China, pues  toda esta región de la tierra se va a encontrar de frente con la órbita del cometa..

Dentro de un año, en 1999, el máximo pico se dará por los lados de Africa, la Península Arábiga y parte de Europa. De todas formas, los cálculos pueden fallar pues el cometa puede cambiar su órbita.

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Cuando el Planeta Tierra pasa por el sendero que ha dejado el cometa Tempel Tuttle, es cuando se puede presenciar la lluvia de meteoros.

Pequeños gigantes

“Las leónidas son llamadas así porque ubicadas en el mapa espacial parece que vinieran de la Constelación de Leo”, explica el médico pediatra Ricardo Reyes, astrónomo aficionado del Grupo Antares, Colombia.

Las leónidas no son exactamente estrellas, sino meteoros cuyo tamaño varía entre un milímetro y medio hasta dos centímetros, y traen una velocidad de 255.000 Kilómetros por hora. A esa velocidad cualquier elemento se enciende y destruye al chocar con la atmósfera terrestre, que es una capa muy densa, y lo que vemos entonces, es como si las estrellas se estuvieran cayendo. Esa luz en el espacio puede durar de  2 segundos hasta 15 segundos.

"La alta velocidad de los meteoros  se explica porque el cometa va en dirección contraria al movimiento de la tierra, o sea que la tierra va y los fragmentos vienen", comenta Luis Fernando Céspedes, astrónomo aficionado del Grupo Antares.

Durante la lluvia de meteoros caen aproximadamente de 10 a 15 mil residuos cósmicos por hora, a una altura de 135 Km de la tierra. Hasta ahora parece que este evento no se da en ningún otro planeta del sistema solar.

Las leónidas, que quedan como rastro del cometa Tempel-Tuttle son la únicas que producen lluvias verdaderas. Aunque también se ha comprobado que otros cometas poseen esta clase de huellas, son de menor magnitud.

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La más famosa ilustración del la lluvia de meteoros ocurrida en 1833 fue hecha cincuenta años después. Este grabado apareció en "Bible Readings for the Home Circle" en 1889.

Desde la época de Cristo

La lluvia de las leónidas fue descrita desde la época de Cristo. En 1799, Alexander Von Humboldt describió este fenómeno cósmico, desde Cumaná, Venezuela, pero sólo hasta 1833 Denison Olmsted, de la Universidad de Yale,  hizo una apreciación científica, a él se le atribuye la proeza del estudio astronómico de los meteoros.

Hasta antes de esa fecha, como no había una concepción astronómica, el evento era catalogado como una catástrofe, la destrucción del mundo por designio de Dios .

En 1866, Hubert Newton, también de la Universidad de Yale, ,analizó ya como astrónomo formado, las órbitas de los cometas, de las leónidas y predijo con exactitud que ese año habría una lluvia de estrellas.

Aunque la lluvia de las leónidas no implica riesgo alguno para la población terrestre, se prevé que de pronto en esta ocasión, los satélites estacionarios pueden verse afectados por la colisión con alguno de los meteoros, ya que a la velocidad que traen actúan como verdaderos proyectiles.

Contacto: Luis Fernando Céspedes. Astrónomo aficionado. Grupo Antares.  e-mail: cespedes@colombianet.net
 


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