Un neumólogo colombiano se ha dado la tarea de innovar en el tratamiento de las alergias usando componentes propios del medio ambiente, específicamente el polvo.

Tomado de Benitín y Enéas, caricatura de Bud Fisher Polvo doméstico, nido de alérgenos.

Uno de los principales causantes de este mal es el polvo doméstico, acumulado en los muebles, bibliotecas, cortinas, ventiladores y demás elementos de una casa. "El 80% de los casos de alergias se deben a esta clase de polvo, que es  diferente dependiendo del lugar donde aparezca. Una persona por ejemplo puede abrir un libro de día y tener una crisis asmática en la noche", explica el médico alergista Edgar Kafarella, Neumólogo Alergista de la Universidad de Baylor, Houston, Estados Unidos, Director del Centro de Investigaciones Alérgicas, de la Ciudad de Cali.

El primer paso en el tratamiento de este mal es identificar el tipo de alergeno, es decir, lo que provoca la reacción. Para esto se realizan pruebas cutáneas preferiblemente en la cara interior del antebrazo donde se aplican casi ochenta de los alergenos más conocidos. Estos productos han sido en su mayoría estandarizados por laboratorios norteamericanos, entre los que se encuentran diferentes tipos de alimentos, polen, hongos y demás sustancias que se conocen por desencadenar reacciones alérgicas.

Uno de los principales componentes de estas muestras es el polvo; pero la muestra importada no corresponde plenamente a los tipos de polvo que se encuentran en este medio, motivo por el cual el médico Edgar Kafarella se  dio a la tarea de procesar alergenos nativos, propios de nuestro ambiente para utilizarlos en reemplazo de los que se traen del exterior.

Foto de rev. Fronteras

Para la identificación de alergenos se realizan pruebas cutáneas. El polvo doméstico contiene una gran cantidad de alergenos que son los que provocan las alergias más comunes.

"El primer paso en esta metodología es recolectar polvo de diferentes lugares y someterlo a un lavado especial con alcohol para quitarle la grasa. Posteriormente se combina con una solución extractiva, manteniendo esta mezcla entre 48 y 72 horas, a bajas temperaturas. De esta manera, la solución se encarga de absorber los alergenos y luego se filtra para aislar las impurezas", explica el investigador.

El proceso no termina allí. Después se realiza otro filtrado bacteriológico para eliminar estos microorganismos del líquido y con estas dilusiones puras se realiza el tratamiento de inmunización, a manera de vacunas.

Con esta innovadora metodología, las pruebas son más específicas y el manejo de la enfermedad se hace en menor tiempo. "Con la elaboración de una vacuna partiendo de estos alergenos, los tratamientos de inmunización duran aproximadamente dos meses, mientras que con los otros métodos se necesita cerca de un año de tratamiento ", explica el médico Kafarella.

El desarrollo de este tratamiento contribuye en la disminución de las alergias producidas por el polvo doméstico, de las más comunes pero más desconocidas en la comunidad científica.

Contacto: Edgar Kafarella, Centro de Investigaciones Alérgicas.Teléfono 92-6671239
 

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