La cocaína inyectada o fumada crea una dependencia muy difícil de combatir |
Actualmente son numerosas las personas que se drogan con cocaína. Algunas sufren de complicaciones fisiológicas graves, otras mueren de crisis cardiacas y las consecuencias sociales de la venta ilícita dela droga son desastrosas. La dependencia de los consumidores a las drogas tiene una explicación fisiológica, pues con esta actividad se estimula “el circuito de la recompensa”, el cual activa la región que comanda las emociones y los comportamientos fundamentales en el cerebro.
Este circuito permanece en el hombre como un legado de sus ancestros mamíferos, desde hace 100 millones de años. En especies menos evolucionadas la activación de este circuito, en la alimentación o el acoplamiento, favorece el aprendizaje y la supervivencia de las especies, mientras que en el ser humano, estas estructuras son hoy en día la base de la percepción de placer.
El circuito de la recompensa es estimulado por el suministro en cantidades excesivas de alcohol, nicotina, barbitúricos, anfetaminas, heroína o cocaína, lo que incita al consumidor a probar de nuevo para sentir las mismas sensaciones.
La intensidad del consumo depende
de la droga, pues ella aumenta en función de la cantidad que admite
el cerebro y de la rapidez a la cual la droga se acumula. La cocaína,
por ejemplo, inyectada o fumada, actúa fuertemente sobre el circuito
de recompensa.
Para luchar contra la dependencia dela cocaína se estudia en inyectar moléculas de anticuerpos en la sangre que atrapen la droga y la degraden antes de actuar en el cerebro. |
Investigando una alternativa....
La ciencia hasta el momento no ha encontrado una sustancia para tratar eficazmente la dependencia de a la cocaína. El Doctor Donald Landry, Profesor de la Facultad de Medicina, de la Universidad de Columbia, ha basado su investigación en encontrar un anticuerpo que destruya la droga antes que ella alcance el cerebro.
Los anticuerpos se ligan a blancos específicos para eliminarlos, pero igualmente desaparecen rápidamente de la sangre al unirse con el blanco a combatir. En el caso de los toxicómanos, se trata de encontrar un anticuerpo eficaz contra la droga que la inhiba sin ser el mismo eliminado o inactivado.
”La cocaína puede unirse 250 veces su propio peso a anticuerpos y la sangre no contendría suficiente anticuerpos para eliminar una dosis única de cocaína; por esta razón hemos considerado los anticuerpos catalíticos, estos se unen a la molécula blanco facilitando la descomposición química”, explica el investigador.
Una vez la descomposición se produce, los anticuerpos siguen liberando los productos de la reacción y así continúan activos, pero se necesitaría que estos anticuerpos reaccionaran rápidamente contra la cocaína para que ella no tuviera el tiempo de actuar.
En el laboratorio se buscaron entonces anticuerpos catalíticos análogos de la cocaína que estimularan el sistema inmunológico de animales. “Actualmente contamos con nueve anticuerpos calóricos anticocaína, cada molécula del anticuerpo degrada más de dos moléculas de cocaína por minuto”, declara Landry.
Para que estos anticuerpos sean utilizados en el ser humano es necesario que sean más activos, por esta razón se está tratando de obtener anticuerpos catalíticos análogos a los ya encontrados, los cuales deberían producir una reacción en el organismo más potente.
Estas investigaciones permitirían la creación de una vacuna para los drogadictos y facilitaría de este modo el tratamiento para estas personas, pues si la cocaína puede ser degradada en la sangre el control con otras sustancias podría ser más eficaz, o por lo menos disminuir la dependencia por la droga.
Contacto: Donald Landry, Profesor Facultad de Medicina, Universidad
de Columbia
e-mail: Landrydo@medicina.univ.col.co
Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
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