Belleza y salud
UN ASUNTO DE NATURALEZA

Investigadores de la Universidad del Valle buscan en la flora colombiana una posible fuente de la “eterna juventud” y el remedio a muchas dolencias que soporta el ser humano.
 

30 plantas medicinales del Valle del Cauca

Albahaca, romero y salvia, tres plantas que pueden prevenir la vejez prematura

Adriana María Ochoa
AGENCIA AUPEC septiembre de 1998

Se ha preguntado alguna vez, cuando se mira con calma en el espejo, el por qué de esas líneas en su rostro, indicadoras de que cada 365 días usted tiene “un año más de viejo y otro menos que vivir”.

Pues esas líneas, conocidas con el temible nombre de arrugas, son debidas al estrés oxidativo, el cual aparece cuando las células de todo organismo vivo, incluyendo los seres humanos, comienzan a sufrir una especie de oxidación, o pérdida de vigor, por el paso del tiempo, lo cual conocemos como proceso natural de envejecimiento.

El estrés oxidativo, causante también de dolencias como arteriosclerosis y el reumatismo, se da propiamente cuando hay un desbalance entre las sustancias naturales que provocan la oxidación de las células y las sustancias antioxidantes que tratan de frenar el efecto destructivo de las primeras.

Debido a este importante papel, las industrias alimenticias, farmacéuticas y cosméticas han puesto sus ojos en los antioxidantes para utilizarlos como aditivos de productos que le ayuden al ser humano a mantener por más tiempo su juventud y su salud.

Hasta el momento se ha recurrido a los antioxidantes sintéticos, pero recientes estudios científicos han demostrado que algunos de ellos pueden provocar cáncer y otras enfermedades. Por esta razón, las investigaciones científicas se encaminan ahora a obtener antioxidantes de forma natural.

Con este propósito, en diferentes partes del mundo se han llevado a cabo diferentes estudios cuya finalidad ha sido la determinación de la actividad antioxidante de los extractos de diferentes plantas, como la salvia (Salvia officinalis), romero (Rosmarinus officinalis), albahaca (Ocimum basilicum), cilantro (Coriandrum sativum) y otras más.

Precisamente, se encontró que el extracto en bruto de las hojas de cilantro presenta una actividad antioxidante varias veces superior al de la vitamina E.


Otras plantas al laboratorio

En Colombia, uno de los estudios más importantes en este campo es el emprendido por el Laboratorio de “Fluídos Supercríticos en Productos Naturales”, del Departamento de Química de la Universidad del Valle, dirigido por la profesora Susana López, quien cuenta con un Posdoctorado de la Universidad de Waterloo, en Canadá..

De acuerdo con la investigadora, este estudio se propone la obtención de agentes antioxidantes a partir de especies vegetales colombianas, pues existe evidencia de que los compuestos de muchas de estas plantas presentan un efecto retardante en el proceso de oxidación de las células.

“Lo que buscamos es concentrar estas sustancias activas y a la vez limpiarlas de pigmentos, ceras y otros compuestos presentes en el material vegetal”, afirma la investigadora.

El material vegetal estudiado en el Laboratorio de Fluidos Supercítricos en Productos Naturales está conformado por plantas que por medicina popular y tradición  se conoce que sirven en el tratamiento y prevención de enfermedades. “Por ejemplo, a la uña de gato, que se usa contra todo tipo de enfermedades, se le encontró un alto poder antioxidante. Y de la misma forma estamos trabajando con semillas de cilantro, el rábano y el nogal”, explica Susana López.
 

Una técnica no contaminante

Para la obtención de extractos de origen vegetal se utilizan diversas técnicas de separación, como extracción por solventes, extracción por arrastre con vapor y más recientemente la extracción por fluídos supercríticos.

Esta última técnica utiliza el dióxido de carbono como medio para extraer de una manera más efectiva los compuestos de las plantas, pues, en condiciones especiales de laboratorio, este gas presenta propiedades fisicoquímicas cercanas a los líquidos y los gases, lo que le permite su fácil penetración en los microporos del material.

Además, el dióxido de carbono no es tóxico, ni inflamable, no perjudica el medio ambiente y se consigue a bajo costo.

Según la investigadora López, este estudio busca también agregar valor a los recursos naturales colombianos. La producción exitosa de extractos con propiedades antixiodantes, libres de pigmentos, esencias, ceras y otros compuestos, permitirá el desarrollo de productos con amplia demanda en las industrias alimenticia, farmacéutica y cosmética de Colombia.


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Para mayor información acerca del tema tratado en este artículo, escríbanos a aupec@mafalda.univalle.edu.co
 
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