EL TEMIBLE BRAMIDO DE LA RANA TORO

El apetito voraz  de la rana toro la convierte en un poderoso depredador, tanto así que a donde llega puede causar extinciones locales por ingestión de especies nativas como sucedió en California, Estados Unidos. Ahora este anfibio se encuentra diseminado por varios departamentos de Colombia, lo que significa una amenaza para el medio ambiente.


 

Foto: prof. Fernando Castro 
La Rana Toro es originaria del noreste de los Estados Unidos y fue introducida a varios países, incluyendo Colombia, para su consumo como proteína animal. Su presencia en estos ecosistemas a los que no pertenece, ha creado un desequlibrio en los mismos.

Agencia AUPEC.

Ni siquiera los campesinos más viejos podían identificar ese extraño sonido que interrumpía la serenidad característica de las noches. La imaginación, alentada por el miedo, los llevó a pensar que el dueño de ese tenebroso canto era  un temible monstruo que asolaba los campos, dispuesto a devorar a cualquiera que estuviera a su alcance, especialmente los niños; otros aseguraban que se trataba de un personaje hechizado que vagaba por el lugar.

El tiempo y los investigadores se encargaron de desmentir todas estas versiones al demostrar que la causante de tanto desconcierto era nada menos que la rana toro. Este anfibio es originario del noreste de los Estados Unidos y fue  introducida a varios países, incluyendo Colombia, para su consumo como proteína animal, sin tener en cuenta que la introducción voluntaria o accidental de una especie en determinado ecosistema puede eliminar especies preexistentes e invadir el medio, creando un desequilibrio.

La Rana catesbeiana, denominada rana toro o bramadora por su característico canto grave, forma poblaciones densas y tiene un alto poder reproductivo. Una hembra puede llegar a producir hasta quinientos mil huevos dos veces al año.

Este anfibio de actividad diurna y nocturna, habita en ambientes muy variados y la gran diversidad de su dieta lo convierten en un poderoso depredador, tanto así que a donde llega puede causar extinciones locales por ingestión de especies nativas como sucedió en California, Estados Unidos.

"En el año de 1986, la rana toro fue introducida a Colombia proveniente del Brasil para llevar a cabo proyectos de zoocría por la Corporación Autónoma de Caldas; la Universidad de Caldas fue la encargada de realizar las investigaciones de reproducción y producción", explica Joaquin Romero, investigador del Grupo Vida Silvestre de la Corporación Autónoma del Valle del Cauca, CVC.

Posteriormente se hizo un convenio con el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA,  de la ciudad de Buga, localizada en el departamento del Valle del Cauca, para estudiar la parte alimentaria y productiva del individuo. En 1990 el Inderena demostró que existía un alto riesgo si este animal se  escapaba al medio natural por su agresividad y voracidad. Esta entidad expidió entonces, la resolución numero 0042 del año 91, donde se  prohibió criar la especie en Colombia y se ordenó sacrificar los especímenes de Caldas y Buga, pero ya era demasiado tarde.

En 1992 se reportó la rana toro en el medio natural en Cundinamarca, Tolima y Caldas y en 1994, cerca a Mediacanoa, zona aledaña a la Laguna de Sonso, en el Valle del Cauca. Conscientes de lo que esto significaba, el Ministerio del Medio Ambiente propuso iniciar una investigación para conocer su dispersión en el Departamento y medir los impactos del animal en la región.

A inicios de 1997, el Laboratorio de Herpetologia de la Universidad del Valle y la CVC iniciaron el estudio.

Como parte del trabajo se  han recolectado 600 ejemplares, de diferentes edades, en veinte localidades, datos que dan una idea aproximada de la dispersión de la rana toro en la región.

De acuerdo con la investigación se encontró que en la Laguna de Sonso y zonas aledañas a la ciudad de Buga se encuentran las poblaciones más densas del anfibio. Su rápida dispersión se ha visto favorecida por la presencia de humedales en la zona, que corresponden principalmente a madreviejas, reservorios de agua y amplias redes de canales de riego. Igualmente el desplazamiento de masas flotantes de vegetación acuática, a través del río Cauca, facilita su distribución, pues éste es el sitio preferido por las ranas para poner sus huevos.

Parece ser que hasta ahora, la dispersión de la rana toro  ha llegado hasta Yotoco pues hacia el norte del Departamento, en la región de Cartago, todavía el animal no aparece. "En Municipios como Roldanillo y la Union hay registros de pocos individuos pero dada la presencia de canales de riego en los cultivos de uva, ideales como hábitats para la rana, se teme por el aumento de su población en estos lugares", explica el biólogo Fernando Castro, Director del Laboratorio de Herpetologia de la Universidad del Valle y Director del Proyecto.

Gran voracidad
 

Foto: prof. Fernando Castro 
Se ha establecido una fuerte competencia entre la rana toro y el sapo común, especie típica de nuestra fauna, porque se alimentan de lo mismos elementos que les brinda el medio. También consume juveniles de este sapo y otras seis especies de anfibios que habitan en las lagunas, lo que incrementa los riesgos de perturbación a nivel natural.

La gran preocupación acerca de la llegada de la rana toro, a la región y el país, radica en su comportamiento depredador que amenaza especies de nuestra fauna.

Los investigadores demostraron que la diversidad de la dieta de la rana toro en este medio incluye principalmente cucarrones y otros animales como moscas, chinches, hormigas, arañas, escorpiones, caracoles, peces, anfibios y aves.

"Esta rana es demasiado voraz, no muestra ninguna preferencia por ningún tipo de presa, consume desde hormigas hasta peces y su voracidad hace que sea una amenaza para la fauna local", afirma Juan Diego Daza, estudiante de biología, de la  Universidad del Valle, vinculado al proyecto de investigación.

Una preocupante situación por ejemplo se está dando con el Bufo marino o sapo común, especie típica de la fauna local. De acuerdo con la consideración de los científicos, se ha establecido una fuerte competencia entre la rana toro y este sapo porque se alimentan de lo mismos elementos que les brinda el medio.

Igualmente se ha encontrado que la rana toro consume larvas y juveniles de este sapo y otras seis especies de anfibios que habitan en las lagunas. La acción directa sobre estas especies, sobre sus estados juveniles, incrementa los riesgos de perturbación a nivel natural hasta tal punto que la presencia de la rana toro puede provocar la desaparición de especies locales, desplazándolas o haciéndolas emigrar.

Seguimiento continuo

Por los problemas que genera la rana toro con su llegada se vuelve indispensable hacer el seguimiento del animal a través de un sistema de información geográfica que ya se está elaborando, el cual permitirá tener una idea actualizada sobre sus movimientos en la región.

Aunque ya se han detectado predadores de la rana en nuestro medio entre los que sobresalen garzas, gavilanes, halcones y zorros, los cuales podrían convertirse en reguladores naturales de la población de ranas es necesario buscar otras formas de control.

Entre las principales ideas de los investigadores esta fomentar el consumo masivo de la rana toro entre los pescadores. Igualmente se estudia la posibilidad de utilizarla para elaborar concentrados que sirvan en la alimentación de otros animales dentro de la actividad pecuaria.

En este sentido, las investigaciones sobre la mejor forma de control no han arrojado resultados pero actualmente se trabaja con las corporaciones y las comunidades en una educación de tipo preventivo.

La rana toro se encuentra en estos momentos en Cundinamarca, Tolima, Caldas y Valle pero lo que más preocupa a los investigadores es su permanencia en este ultimo departamento   porque el río Cauca es un área central del país, que llega al Magdalena, y este a su vez a la Costa Atlantica. "Por consiguiente, el área de dispersión es bastante amenazante porque si este animal llega a las áreas grandes del Bajo Magdalena nos vamos a ver imposibilitados para su control", explica Joaquin Romero, de la CVC.

El caso de la rana toro es tan solo uno de los  múltiples ejemplos que se presenta en Colombia con la introducción de especies foráneas a nuestro medio. Esta clase de acciones no deberían repetirse para evitar desencadenar irreversibles daños ambientales.

 
Contacto: Fernando Castro, email: fcastro@cosmogonia.univalle.edu.co


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