Agencia Universitaria de Periodismo Científico y Cultural de la Universidad del Valle
otro producto de AUPEC
Cali, Colombia
noviembre de 2000

Pensando en lo que siempre hablamos:

EL IDIOMA

 
 Es tan fácil hablar… Lo hacemos sin ningún esfuerzo. Pero… ¿de dónde obtuvimos nuestro idioma, y hasta dónde llegaríamos con él?

Ana Sofìa Franco Zafra
Agencia AUPEC- Univalle

Un poco de historia

En 1978, España obtiene una nueva Constitución política en la que se reconoce como un conjunto de pueblos, de culturas y de lenguas tales como el catalán, el vasco, el gallego y el castellano. Pero ésto sucede después de varios siglos en los que únicamente se reconoció el castellano como la lengua oficial. Primero el intento de la reina Isabel de Castilla y luego la lucha de Carlos V oficializaron una sola lengua en España, prohibiendo en cada lugar, sin conseguirlo del todo, que se hablara o se escribiera en otro idioma diferente a aquel castellano dulce y suave que nos trajeron los conquistadores y, después, los virreyes y la burguesía que se asentó en los países latinoamericanos.

Pero, ¿de dónde había salido? El castellano ha quedado como fruto de la mezcla de el libero, el griego, el latín, el árabe y otras lenguas de pueblos cercanos. De la deformación y el cruce de palabras de uno y otro idioma es que aparece una lengua nueva, distinta, pero incapaz de negar su herencia. Así por ejemplo, las palabras que empiezan por "aj" en castellano son palabras árabes; "Ajonjolí", sin irnos más lejos,  es una palabra común, importada del árabe a través de España. Todas las palabras que comiencen por ache (h) en castellano, eran palabras latinas que se han transformado; "Farina" en "harina", "fornum" en "horno", y posiblemente la única palabra que se conoce del libero primitivo es la palabra "Urraca".

Al cabo de cientos de años se ha formado una lengua, es por ésto que la formación y el aprendizaje de una lengua supone muchos años y generaciones y tal vez nunca se termine.

Pluralidad lingüística y democracia
En España millones de personas hablan todavía vasco o gallego, en vez del castellano. Igualmente, en algunos pueblos indígenas se habla quechua o paez y algunas otras lenguas sobrevivientes a las luchas de los colonizadores españoles que obligaron a los nativos a aprender un idioma extraño con el cual pudieron transmitirles, entre otras cosas, sus creencias religiosas. Sería empobrecedor que aquellas lenguas se perdieran pues en cada una de ellas hay una forma diferente de ver el mundo; y es eso lo que define a un pueblo o una nación: la lengua, el folclor, la música, las costumbres, etc. Pero si estos pequeños pueblos, como el paez o el vasco, quieren abrirse al mundo, tienen que comunicarse con una lengua que otros entiendan.

El profesor Laureano Robles Carcedo, doctor en Historia de la Universidad de Montreal, Canadá, y profesor de filosofía de la Universidad de Salamanca, España, quien estuvo por el mes de septiembre en la Universidad del Valle, dice que una lengua no debe servir sólo para que los seres humanos se entiendan unos a otros, sino que debe ser capaz de traducir la cultura de la humanidad, servir de puerta hacia la cultura universal. Y eso es claro; un indígena de una tribu mexicana que nunca saldrá de su pueblo no necesita aprender otro idioma para vivir, pero tendrá que aprender el español si quiere ir a la universidad y aprender también el inglés para hacer un postgrado en el país de al lado. Porque lo mismo sucede con el idioma español así lo hablemos más de 320 millones de personas: debemos aprender otro idioma para hacer una especialización en un país desarrollado, no podemos ir a cine y entender lo que dicen los personajes "hollywudescos" sin leer la traducción y si queremos navegar por todo el internet necesitamos conocer otro idioma.

¿La pluralidad lingüística complica el acceso equitativo a la cultura y a la educación?
¿Se podría pensar que las muertes y las luchas que ocasionó en España la oficialización del castellano, las mismas que enfrentaron los conquistadores con nuestros indígenas, dejaron un fruto comible?

El profesor Robles plantea que los pueblos con mayor desarrollo se han impuesto sobre los demás en una serie de guerras en las que unos han sometido a otros y que han traído siempre destrucción, saqueo, muertes y grandes pérdidas culturales, pero también, progresos. Para él la unificación de las lenguas es uno de esos progresos. Si Roma no hubiera conquistado todos los pueblos vecinos para formar el imperio romano -dice Robles- no hubiera surgido el latín, que es la base de todos los idiomas del mediterráneo. Y el castellano no sería más que una lengua hablada por 20 millones de españoles si los conquistadores no lo hubieran impuesto en América, pues somos los latinoamericanos los que hacemos del idioma español una lengua universal.

Y la razón por la que se puede llamar Lengua Universal no es que lo hablemos 320 millones de personas. La importancia del castellano radica en que los hispanoparlantes podemos viajar a lo largo del continente americano, desde el sur de los Estados Unidos hasta Chile, recorriendo una gran cantidad de repúblicas, cada una con una cultura diferente, y todos nos entendemos.. Sin embargo, a una lengua no la hace universal la cantidad de gente que la hable sino el hecho de que diversas culturas la entendamos y así, más fácil, podamos acceder a ellas.


Globalización de una lengua vs bilingüismo

Pensando en lo anterior ¿qué otra lengua necesitamos los hispanoparlantes para viajar por el mundo, ya sea real o virtualmente? Obviamente, el inglés, que se ha convertido para nosotros en una necesidad y exigencia. Sin embargo, Laureano Robles tiene una visión diferente a la tan común entre los latinoamericanos de que el inglés va a predominar en el mundo, porque piensa que así como en las casas colombianas se seguirá preparando ajiaco y sancocho y en las mexicanas tacos con ají pique, se continuará hablando el español porque las costumbres son más fuertes. Se pregunta mejor si dentro de 500 o 600 años no van a ser lenguas distintas las que se hablen en México, Argentina o Colombia. De hecho muchas expresiones son propias y exclusivas de cada país, o se usan las mismas palabras pero con significados distintos y se siguen mezclando y mezclando las lenguas. Por ejemplo, expresiones como "Cierra la window que se coolea el cuarto!" son comunes entre los puertorriqueños residentes en Nueva York, que mezclan el inglés y el español formando un “espanglis”, así como se combinó tiempos atrás el castellano y el azteca para dejarle a los mexicanos palabras como "Guacamole".

Y aunque sería más cómodo que todos los seres humanos nos entendiéramos con una sola lengua eso significaría un gran empobrecimiento cultural. Porque, ¿no consiste también la democracia en el respeto a la pluralidad ya sea cultural o linguistica? Para el profesor Robles esa mediación está en manos del gobierno, que debe fomentar la lengua oficial de una nación entre las minorías linguisticas y, al mismo tiempo, hacer todo lo posible para que las lenguas autóctonas no se pierdan.

De todas maneras ya vimos en la historia que la lengua no es algo estático que podamos encontrar en los diccionarios o enciclopedias. Las lenguas están vivas cuando las hablamos y las escribimos, cuando las mezclamos y las transformamos. Cuando las olvidamos o las revivimos. Así, no puede existir un sólo Español o un sólo Inglés. Sería muy dificil que se globalizara una lengua en el mundo. Si se quiere una democracia, necesitamos todos, ser bilingues.
 


 

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