EVOLUCIÓN

“No todo el mundo puede ser guapo, Marianne", me dijo Meredith con un tono de simpatía, mirándome con su inmaculada piel fruncida en un gesto de aparente preocupación. Mi garganta se tensó y asentí con la cabeza como diciendo: "Sí, claro, Meredith, ya lo sé, tienes toda la razón". "No llores, Marianne"; no tenía derecho a llorar, no tenía ningún derecho a sentir tristeza o rabia. Es verdad, ella era guapa y yo no, ¿vale? Yo era fea y debía acostumbrarme. “Acostúmbrate, Marianne.””

Hice el camino muy de prisa hacia la cabaña. Iba rompiendo, desgarrando, mordiendo la bolsa de plástico azul. Comía con urgencia, con violencia, llenándome la boca de galletitas apenas sin masticar, sin saborearlas, sólo picando, engullendo, respirando de prisa y tragando, recorrí el sendero rápidamente. Cuando llegué a la cabaña, me encaramé a la litera más alta, agotada. Me quedé tumbada con los dientes apretados y juré que nunca más volvería a comer galletas hasta que hubiera perdido peso.

Me dije que la comida era mi problema, que mi peso era el culpable. Si perdía peso estaría bien, sería popular, sería feliz. El trastorno de la alimentación que comenzó en el campamento duraría más de una década”. Marianne Apostolides, Inner Hunger. 42

La psicóloga norteamericana Mary Phiper, experta en anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios, cree que al principio es sólo una cuestión de delimitación de fronteras lo que separa a una persona anoréxica de las otras.43La potencial anoréxica hace una dieta más dura e insiste en volverse más delgada que cualquiera. Para lograrlo desarrolla cierta rigidez en los hábitos alimenticios y se convierte en una experta en la cantidad de calorías, grasas o carbohidratos que puedan tener los alimentos. Hace listas mentales de alimentos que no engordan y solo come esos productos, preparados por ella misma. 44

Todo este proceso no necesariamente ocurre de un día para otro, aunque algunas situaciones de crisis -fracaso en una relación amorosa, enfermedad de un familiar, muerte de un ser querido, entre otras- pueden desencadenar el comportamiento obsesivo en muy poco tiempo, de una forma u otra la persona afectada se llegará a preocupar cada vez más de la comida, el peso, la figura y la talla. Ejercer control sobre la ingestión de comida y la talla y sobre casi todo aspecto de su vida, va unido a la posibilidad de ser generosas con las demás personas pero no consigo mismas. Las anoréxicas limitan en especial el tiempo que invierten en satisfacer las cosas que les gustan, es una forma de autocastigo. 45

En la anorexia nerviosa se distinguen dos tipos: el restrictivo –dieta y ejercicio intenso- y el compulsivo purgativo –ingesta de comida, provocación de vómitos, uso excesivo de laxantes y diuréticos-. Como todas las víctimas de la inanición, las personas anoréxicas experimentan un dolor constante en el estómago, un insaciable apetito que no puede ser calmado por los escasos bocados que se permiten a sí mismas. Niegan que tengan hambre, pero experimentan un poderoso deseo de comer. Su habilidad para derrotar ese deseo es lo que confiere a la persona anoréxica su sensación de dominio y control.46

La psicóloga canadiense Peggy Claude-Pierre, experta mundialmente reconocida en el tratamiento de enfermos con anorexia aguda, cree que este trastorno generalmente empieza con pensamientos negativos que se vuelven comportamientos negativos y desencadenan síntomas de malestar físico. 47Este círculo se torna muy rápido y entre más domine la mente del afectado el síndrome irá empeorando. Muchas veces ocurre una situación que es la gota que rebasa el recipiente, el detonador que dispara la enfermedad; 48 puede ser desde una situación grave hasta un simple comentario sin malas intenciones. Después de sentirse frustrado ante una situación difícil de afrontar, la persona comienza a desarrollar un esquema de pensamiento obsesivo que literalmente no lo deja en paz. Algunos escuchan voces, otros susurros, etc. pero siempre están hablando con su propia mente que les dice que está gordo, que no sirve para nada, etc. 49

"Acuñé el concepto de Síndrome de Negatividad Confirmada, SNC, -escribe Claude-Pierre - para describir el complejo proceso de pensamiento que atormenta la mente de las personas con trastornos de la alimentación y de otras personas también. Un trastorno de la alimentación es al Síndrome de Negatividad Confirmada lo mismo que la erupción es al sarampión o la hinchazón de los ganglios a las paperas. Es un síntoma de un problema subyacente". Peggy Claude-Pierre, ¡Alerta! Anorexia y Bulimia" 50

Acerca del desencadenamiento de un trastorno de la alimentación como la anorexia, luego de la sucesión de una situación adversa en la vida de un afectado o de su familia, la Trabajadora social Lucia Restrepo de Giraldo, Jefe del Departamento de Trabajo Social del Hospital Psiquiátrico San Isidro, maneja la hipótesis de que: "la mayoría de las familias con un miembro anoréxico son psicosomáticas, -lo cual significa que cualquier problema ya sea mental o emocional lo expresan en su cuerpo-." Estas familias tienen limites individuales pobres y cualquier cosa que le pasa a alguno les afecta a todos. En cuanto a la comunicación son familias en donde nada se aclara, pueden suceder cosas incómodas o verse inmiscuidos por situaciones difíciles pero sus miembros no harán, ni dirán nada que ofenda o haga sentir mal a otro miembro de la familia. Son extremadamente justos, todas las situaciones que vivan debe ser extremadamente justas sin importar lo que sienta un miembro pues importan en sí como unidad. Es usual que en estos casos un miembro con inquietudes primero se enferme antes que logre hablar sobre su inquietud."

Esta situación es bien descrita en la autobiografía de Marianne Apostolides, una neoyorkina de ascendencia griega, que padeció el infierno de los trastornos de la alimentación por más de diez años: "Aunque no podía, cuando era pequeña, comprender las causas o la profundidad de los sentimientos de mis padres, absorbí sus patrones de pensamiento, sentimiento y conducta: su incapacidad de enfrentarse a las emociones profundas, de sentirlas, expresarlas y compartirlas. " 42

"Las mujeres anoréxicas muestran algunos de los más clásicos síntomas de la depresión. Tienen pensamientos morbosos o autoflageladores. No existe nada que sea excitante o divertido. Los trastornos del sueño son algo común. La vida se convierte en una suerte de pesadilla diurna que la mujer experimenta cuando está entumecida por la fatiga y la obsesión por la comida. "43

A las personas con anorexia, ante el temor a la gordura, se les hace imposible comer de una manera normal y mientras desarrollan una actitud perfeccionista llegan a tener sentimientos de culpa o desprecio por haber comido. Comienzan a leer todas las etiquetas de los productos, se vuelven expertos en nutrición, hacen ejercicios y se vuelven hiperactivos. Quemar calorías se vuelve un imperativo permanente, cualquier excusa vale para emprender una acción en la que conscientemente se gaste energías. 51

La enfermedad también provoca un paulatino alejamiento de cualquier posible situación social en donde la comida sea parte fundamental y los cambios constantes o repentinos en el carácter -irritabilidad, tristeza, insomnio- se convierten en constantes. Las tácticas desarrolladas para esconder la comida y luego botarla sin ni siquiera darle una probada son acompañadas de otros trucos, como llevar ropas anchas para ocultar la pérdida de peso.52 Comer todos los días a la misma hora, con los mismos cubiertos y en el mismo plato, mascando docenas de veces el pequeño bocado, puede convertirse en algo imprescindible al igual que comprobar frecuentemente su peso y forzar sus rutinas de ejercicio realizándolas incluso en las horas más extrañas. 53 En etapas avanzadas hay una marcada debilidad muscular, desmayos o mareos frecuentes, constante dolor de cabeza, fatiga y una perpetua sensación de frío. 54

Muchas personas en todas las etapas de esta enfermedad logran recibir ayuda y salir del problema, pero otras siguen luchando contra sí mismas; "...las víctimas deben hacer todo lo posible por alcanzar el primer puesto en falta de merecimientos. Finalmente necesitan saber: "¿seremos los mejores en dejarnos morir?" 55

Lo que empieza como un modo de restricción se torna una forma de vida que afecta la existencia de la persona enferma y se vuelve tan prioritario que los demás aspectos quedan rezagados. Invierten muchísimo tiempo y energía en planificar y fantasear sobre los detalles de la vida cotidiana. La persona se separa de sus amigos y familia, vive inmersa en otro mundo, el que la psicóloga inglesa Sheilla O'Donnell ha llamado el "Planeta Anorexia" 56y Silvia Fendrik, psicoanalista argentina "el país del Nuncacomer." 57

 

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Pedro Mendoza-Chadid, Eduardo Posada-Hurtado © Copyright 2001.© Las Ilustraciones han sido tomadas de varios portales en Internet y revistas. Estas han sido adecuadas por Pedro Mendoza-Chadid. © Última revisión: noviembre de 2001© Última modificación de la página: 15 de noviembre de 2001