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Anfipodo de la especie Chelorchestia Colombiensis |
Lento, solitario y translúcido, un pequeño animal avanza sobre el lecho marino. Su paciente labor pasa inadvertida para la mayoría de los seres del ecosistema. Casi todos, con excepción de uno que otro cangrejo o pez en busca de alimento, ignoran que él es uno de los encargados de procesar material vegetal en descomposición.
Hasta hace poco, el anónimo animal, con sus largas antenas y fuertes mandíbulas y tenazas, permanecía absorto en su hábitat, sin sospechar que el grupo de Ecología Animal del Departamento de Biología de la Universidad del Valle estaba a punto de convertirlo en la nueva estrella de su grupo taxonómico y darle, de paso, un nombre científico: Chelorchestia Colombiensis.
Desde ahora, y de manera oficial, el Chelorchestia Colombiensis ya forma parte de los anfípodos, unos pequeños crustáceos que se dividen en dos grandes grupos: los que viven en la columna de agua, llamados pelágicos (Hyperiidae) y otros, que viven asociados al sustrato, llamados bentónicos (Gammaridae).
El nuevo integrante de la especie pertenece al grupo de los bentónicos y cumple un papel crucial pues es detritívoro, es decir, toma desechos, los descompone y los transforma en nutrientes. Después de viajar en repetidas ocasiones desde Isla Palma, en Bahía Málaga, hasta los laboratorios de Biología de la Universidad del Valle y de sentirse observado por la lente de un microscopio, el anfípodo creía que ya nada podría sorprenderlo ni a él ni a sus compañeros de especie que también se embarcaron en el viaje.
Después de muchas horas de observación detallada, las miradas estaban puestas él, en la forma de sus antenas y de sus jorobas en la quela (tenaza). Estas características únicas permitieron quelos editores de una revista llamada Crustaceana lo presentaran ante la comunidad científica como la nueva especie de anfípodo descrita para el género Chelorchestia en el planeta.
Su gran aventura no se detuvo allí, ni culminó con su presentación en sociedad de la mano de la prestigiosa publicación internacional. Al anfípodo Chelorchestia Colombiensis le espera un largo camino de la mano de sus descubridores, quienes están orgullosos de haber descrito una nueva especie para la ciencia y de haber situado a Colombia, a Bahía Málaga y a la Universidad del Valle como el punto de referencia para cualquier investigador del planeta interesado en este tipo de especies marinas.
El proceso
Este importante hallazgo, logrado por Bellineth Valencia Ramírez, investigadora y bióloga marina de la Universidad del Valle y el doctor en Oceanografia y profesor Alan Giraldo, incrementa a cinco el número de especies descritas para el género Chelorchestia en el mundo.
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Bellineth Valencia Ramírez, investigadora y bióloga marina de la Universidad del Valle |
Se trata de un resultado fundamental teniendo en cuenta la importancia que revisten este tipo de especies.
Los anfípodos son un grupo que tiene una gran distribución global, es decir, que hay anfípodos en muchas partes del planeta y tienen adaptación a diferentes entornos. Por esta razón, se pueden encontrar en zonas continentales, en ríos, en mares.
Básicamente en todos estos sistemas cumplen un papel muy similar, al actuar como grandes descomponedores de materia orgánica y ser parte fundamental de la dieta de especies como aves y cangrejos.
Desde el punto de vista de diversidad son cruciales ya que Colombia es un país denominado megadiverso y la diversidad no solo atañe a los animales vertebrados, como los anfíbios o las aves, sino que compete a muchísimos grupos taxonómicos, entre ellos los anfípodos que enriquecen la vida marina.
La bióloga Bellineth Valencia y el profesor Giraldo se tomaron dos años y medio para realizar los muestreos, las recolecciones y las clasificaciones del Chelorchestia Colombiensis en la zona de Bahía Málaga.
Tras elaborar un riguroso plan de trabajo y de realizar un estudio que incluyó varias etapas, entre ellas la aplicación de claves taxonómicas y la verificación de los datos y muestras con la asesoría expertos mundiales en el tema de anfípodos, se llegó a la descripción del un nuevo especímen.
La nueva especie se destaca principalmente por el tamaño de las antenas, la longitud de cada una de las partes de las antenas, la mandíbula, la forma de la quela o tenaza delantera y los lóbulos o jorobas que se desarrollan sobre esta estructura.
Para corroborar que se trataba de una especie que no había sido descrita, los investigadores tuvieron que apegarse a estrictos protocolos taxonómicos y al seguimiento de claves dicotómicas, las cuales se utilizan para establecer si un especimen pertenece o no a un grupo o especie. Además se dedicaron a hacer disecciones, a fraccionar muestras de anfípodos en partes específicas y realizar descripciones gráficas de las observaciones para descubrir si determinadas características morfológicas estaban o no presentes en el individuo.
La muestra que se empleó para el estudio se compone de aproximadamente 120 individuos recolectados en la zona de Bahía Málaga y de este grupo,que incluye machos y hembras, se obtuvieron las piezas para disección.
Gracias al trabajo en equipo y como reconocimiento a sus logros e investigaciones, Bellineth Valencia se encuentra becada en México adelantando sus estudios de Maestría en Ecología Marina, mientras que el profesor Alan Giraldo sigue al frente del grupo de investigación.
Pero el trabajo no cesa ya que mucho del material colectado todavía no ha sido definido yal interior del grupo de investigación se cree, tentativamente, que podrían producirse nuevos registros.