Agencia Universitaria de Periodismo Científico y Cultural de la Universidad del Valle
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Cali, Colombia
enero de 2000


Los antojos de las mujeres embarazadas

En los primeros meses del embarazo muchas mujeres desarrollan antojos alimenticios particulares. Estos antojos resultan, en esas primeras etapas, posiblemente de la carencia de electrolitos, minerales, vitaminas y otras sustancias en la madre. Los antojos también pueden significar la búsqueda de actitudes de solidaridad y comprensión dentro de la relación de familia y de pareja.
 
 

Ilustración revista "Lobo"
Algunas embarazadas necesitan de mayor atención que otras

Eduardo Posada Hurtado. 
Aupec, Univalle.
 

En los primeros meses del embarazo una proporción significativa de mujeres desarrollan antojos muy particulares. En el Valle del Cauca, Colombia,  por ejemplo, algunos de ellos incluyen comer mango viche -verde- con sal, hielo raspado, tierra húmeda -alteración conocida como ¨pica¨- grosellas con sal, cubitos de hielo -el hielo es anestésico al reflejo del vómito y humedece la saliva permitiendo tragarla con mayor facilidad-, tomar bebidas energéticas heladas , chupar limón o comer cáscaras de mandarina. 

Al mismo tiempo se presenta en estos primeros meses de gestación un fastidio odorífero hacia  sustancias y productos, como por ejemplo el cigarrillo, el café, la gasolina o ciertos productos alimenticios. La mujer puede desarrollar entonces un reflejo condicionado a cierto tipo de comestibles de su agrado, por ejemplo las galletas negras con leche. Estos antojos pueden resultar de la carencia de electrolitos, vitaminas u oligoelementos   - zinc, manganeso, molibdeno, etc- .

Entre el cuarto y quinto mes de embarazo los antojos mencionados muchas veces han desaparecido. El feto crece a una velocidad superlativa y come como elefante de príncipe africano, por lo tanto puede darse que la futura madre desayuna a las 7 de la mañana y a las 9 tiene otra vez hambre.  La mejor manera que tiene el cerebro de disipar esa sensación de estómago vacío es generar una nueva necesidad de comer y es allí donde se disparan la mayor cantidad de antojos.

Como la insulina es la hormona que mejor estimula el crecimiento del feto - ilustra Hoover O. Canaval Erazo, M.D. Ginecobstetra-, la futura madre se vuelve cuasidiabética -estado diabetogénico temporal- pues el feto necesita glucosa para crecer. Los antojos en esta etapa por lo tanto son de dulces y carbohidratos. Muchas mujeres creen que el método perfecto para recuperar de forma saludable la energía faltante es con la fructosa -azúcar de las frutas-. Contrario a esa idea, el exceso de fructosa puede llevar a un peligroso sobrepeso. 

La lechona del amor

Los antojos del segundo trimestre están, en la mayoría de las situaciones,  condicionados a lo que se puede conseguir con facilidad. Por lo tanto, si una embarazada llama a su madre a las ocho de la noche para que vaya a su casa y le prepare un plato especial, en el fondo lo que desea es cariño y compañía y no solo una deliciosa cena. Si el esposo llama a su pareja para avisarle que se quedará trabajando hasta tarde y ella le pide pase antes de llegar a casa por una docena de donas, lo que esta mujer puede estar sintiendo y no expresa es que su embarazo es importante y necesita que su compañero también lo interprete así. Los antojos, en ese caso, son un mecanismo de defensa, el deseo de tener a su hombre temprano en casa. 
 

Ilustración revista "Noticias Coomeva"
Nació el bebé. Se acabaron los antojos de la madre, pero...

Dentro de este contexto, la psicóloga Beatriz Eugenia Villa Rios, especializada en Psicología Ginecobstétrica, afirma que los antojos pueden ser una manipulación sana para sentir solidaridad y comprensión, es decir, un  medio propicio para ganancias secundarias o agregadas en una relación de pareja. En algunos casos esta manipulación se encuentra enraizada en comportamientos negativos como el déficit en la comunicación conyugal o viejos problemas pendientes por resolver y que se intensifican por el embarazo. Cuando el futuro padre, para cumplir un antojo de su compañera, sale a buscar una lechona a las 3 de la mañana, más que hambre el problema puede ser una carencia de comunicación, afecto, entre otros. 

Un caso distinto es el Síndrome de Empollar o embarazo del esposo.  En esta situación el futuro padre desde su inconsciente quiere comprometerse en el embarazo y empieza a sentir antojos. Una lechona a las cuatro de la mañana con seguridad sería compartida amorosamente por los dos. Aquí juegan un importante papel las feromonas pues, a través de ellas la embarazada estimula en su pareja el apetito, la necesidad de ingerir alimentos exóticos o de uso poco frecuente. 
 

Teorías sobre los antojos 

La psicóloga Andrea Gutiérrez Jiménez, especialista en Educación Perinatal de la Universidad Anáhuac, afirma que hay mujeres que experimentan un rechazo inconsciente a su embarazo y presentan una descompensación nutricional que genera múltiples antojos. Cuando esto ocurre es posible observar un incremento en las naúseas y episodios de vómitos, lo que a su vez genera sensación de fatiga con ¨ardor estomacal¨, llevando a problemas médicos como una gastritis, esofagitis y el incremento de enfermedades previamente establecidas: úlcera gástrica o duodenal, reflujo gastroesofágico, etc. 

En raras ocasiones, cuando hay un abandono en su autocuidado por parte de la gestante y sus síntomas se vuelven crónicos, hay un componente emocional que detectar. Thomas Verny -miembro de la Asociación de Psicología Prenatal y Perinatal- en su libro ¨La vida secreta del niño antes de nacer¨ desarrolla la hipótesis de que ese componente emocional negativo puede originarse en modelos negativos de crianza, el desamor, recuerdos de abuso sexual, maltrato, embarazos complicados, duelos, entre otras. 

Esa teoría también afirma que esa situación emocional puede estar relacionada, en un punto extremo, con los abortos espontáneos. Menos inquietante - léase cuestionable moralmente- es el hecho de que mujeres con factores de riesgo como la edad, la condición social, y económica -adolescentes, solteras, mujeres sin redes de apoyo- puedan evidenciar síntomas fisiológicos mas frecuentes de lo habitual -nauseas, vómitos, sueño, inapetencia- dada las repercusiones psicológicas de un embarazo imprevisto y un futuro poco prometedor .
 

Ilustración revista "Salud Coomeva"
Parece que los antojos desaparecen cuando se posa para una foto
Cuando un embarazo no deseado aparece, la mujer está sola y entre sus  objetivos de vida jamás estuvo tener un hijo, su pensamiento se remite a ¨yo tengo que salir de esto¨. Por demás se sentirá angustiada y compensará su necesidad con la ingesta de alimentos, disparando antojos. 

La cultura de los antojos

En la época de los abuelos los antojos se calmaban con los frutos de la finca y cosas por el estilo. -¿Será una ventaja o una desventaja que los antojos ahora se satisfagan mediante los  restaurantes y pizzerías con servicio a domicilio?-. 

Los antojos también están condicionados por una influencia cultural. Por ejemplo, si la mujer cree que estar embarazada es estar ¨enferma¨ entonces buscará confirmar su teoría desarrollando mas dificultades. Del mismo modo, si percibe su gestación como un estado ¨saludable¨es muy probable que ni los vómitos o el sueño hagan parte de su estado general. Las  preconcepciones morales, religiosas o dietarias -ser vegetariana, intolerante a la lactosa, rechazar los productos del mar, etc- también pueden llegar a modificar o contribuir en el tipo de ansiedad o indiferencia relacionadas con los disparadores de antojos.
Como caso curioso las embarazadas que trabajan y deben esconder los síntomas de su condición desean inconscientemente revelar su embarazo y por eso disparan síntomas y antojos. 

Los antojos de las mujeres embarazadas no son una molestia inventada. Son las ¨armas¨que esgrime la madre y su bebé para lograr un desarrollo fisiológico óptimo  y para comprometer a las personas involucradas dentro del evento que están comenzando a vivir: ser familia. 

 

¿Necesita más información acerca de este artículo?

Lo invitamos a contactar a:
-Hoover O Canaval Erazo, M.D. Ginecobstetra, Gerente de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario del Valle "Evaristo García" y profesor del Departamento de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle. Cali, Colombia
C.E.: Hoovercan@yahoo.com
-Beatriz Eugenia Villa Rios, Psicóloga de la Universidad del Valle. 
Tel. (57) (2) 5546673, Cali, Colombia. 
-Andrea Gutiérrez Jiménez, Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, especializada en Educación Perinatal de la Universidad Anáhuac, México D.F. 
andrew_guti@yahoo.com

Fueron ellos quienes gentilmente nos sirvieron como fuente para la elaboración del texto que usted acaba de leer.


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